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Concert, Sala Nezahualcóyotl, Mexico City, 3 July 2003

Tanto por Escuchar, La Reforma, 26 June 2003
Un tenor peruano de ligas mayores, El Universal, 1 July 2003
Tenores latinoamericanos toman la estafeta de las estrellas italianas, La Jornada, 3 July 2003
Juan Diego Flórez, en la cúspide de la ópera, El Milenio, 3 July 2003
Niega Flórez ser sucesor de Pavarotti, La Reforma, 2 July 2003
Prodigiosa voz, La Jornada, 3 July 2003

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Press conference, 2 July 2003, Mexico City - Juan Diego Flórez and Sergio Vela, Director of Actividades Musicales, Universidad Nacional Autónoma de México.   (Photo: La Jornada)
Tanto por Escuchar
Gerardo Kleinburg, La Reforma, 26 June 2003

Juan Diego Flórez en México

Bastante sobado -aunque no por ello elucidado o menos sorprendente- resulta
el actual fenómeno o boom operístico de los cantantes latinos o, para ser
más preciso, de los tenores latinoamericanos. Ramón Vargas, Rolando
Villazón, José Cura... La lista es mucho más larga de lo que uno puede hoy
imaginar y lo mismo abarca tenores jóvenes que maduros, ligeros que líricos
o incluso "spintos". Están ya en todas las casas de óperas mayores y no
mayores del mundo e incursionan en buena parte del repertorio -exceptuando,
por supuesto, las zonas más pesadas del mismo y el territorio wagneriano.

Ahora, es decir, apenas hace unos cuatro o cinco años, ha aparecido una
nueva figura latinoamericana en el mundo del canto, que brilla y lo hace con
enorme fuerza. Se trata del tenor peruano Juan Diego Flórez, cuyo debut en
México se llevará a cabo el próximo 3 de julio en la Sala Nezahualcóyotl,
bajo la organización de la Dirección de Música de la UNAM.

Cantante rossiniano por antonomasia -al menos en éste, su estadio inicial- y
una asombrosa máquina de agudos, sobreagudos y más allá, Flórez agrega a su
canto una serie de elementos que lo sitúan muy por encima de los tenores
belcantistas recientes (excepción sea hecha, por supuesto, del siempre
enorme Ramón Vargas).

¿Cuáles son estos elementos? Una sola audición de su disco rossiniano basta
para darse cuenta: una voz bella y varonil -a pesar de su timbre
naturalmente agudo-, una emisión sorprendentemente libre y sana para
nuestros engolados tiempos y una coloratura de primer nivel (aunque, hay que
decirlo, no referencial). Hay además una fuerza y pujanza -fruto entre otras
cosas de la pasmante facilidad con la que aborda arias infernalmente
difíciles-, que confieren a sus interpretaciones un carácter francamente
estimulante.

Otro punto interesante a observar será el de su capacidad de vincularse con
el público. Si bien los dos discos recomendados en este espacio muestran a
un tenor pujante, parecería faltar una pizca de temperamento, una pequeña
cuota de arranques o desviaciones del canon (cuidados, dosificados y bien
pensados, de acuerdo) que logren convertir interpretaciones técnicamente
superlativas en momentos auténticamente memorables. Curiosamente, en este
terreno, llega a resultar más atractivo el disco donizettiano.

Probablemente, las mínimas dudas recién planteadas obedezcan a la frialdad
del estudio de grabación. Por eso, justamente, y por la inmensa calidad y
espectacularidad que estos dos discos anticipan, ver y escuchar a Juan Diego
Flórez en la Sala Nezahualcóyotl la semana próxima será una obligación para
todo aquel que ame el canto.


Un tenor peruano de ligas mayores
Juan Solís, El Universal, 1 July 2003

Juan Diego Flórez llega a México para ofrecer el jueves un recital en la
Sala Nezahualcóyotl

A sus 30 años se le considera uno de los tenores más importantes del mundo.
Su canto ha sonado en la Scala de Milán, en el Carlo Felice de Génova, en el
Convent Garden de Londres y en la Ópera de París, por sólo nombrar algunos
escenarios.

El próximo jueves 3 de julio se presentará por primera vez en México, a las
20 horas, en la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario.

"El vínculo mayor que tengo con México podría decir que es la música dice
Flórez en entrevista por comentarios de compañeros mexicanos que conocí en
Filadelfia, sé que es un país interesante, con una capital bellísima, comida
famosa y una música que desde mi infancia siempre me gustó."

El tenor será acompañado por una orquesta al mando de Ricardo Frizza. El
repertorio que interpretará incluirá arias de Rossini, Vincenzo Bellini y
Gaetano Donizetti. Entre las del primer compositor se encuentra una de
Otello , su preferida: "Es un aria que me gusta mucho, la música es muy
bonita. La situación, la de un amante que sufre, es muy interesante y
vocalmente tienen frases ligadas y otros momentos de acrobacias vocales que
dan relieve a las posibilidades del cantante."

Juan Diego tiene en Ernesto Palacio a su más grande influencia. Lo conoció
en 1994 y desde entonces no ha dejado de aconsejarlo en el plano vocal y
musical. Ahora es su manager .

Su pasión por la música tiene raíces criollas en su natal Perú,
especialmente en la obra de Chabuca Granda, amiga de su padre.

"Mi papá era cantante de música criolla peruana. La guitarra hace parte de
esta música y desde chico empecé a tocarla. Tuve un momento en que la usé
para hacer rock e incluso tuve un grupo."

Incha del Inter de Milán, a Flórez le hubiera gustado ser un profesional del
futbol: "Cada vez que puedo, juego. Incluso entre cantantes, como en Pesaro.
Se podría decir, valga la comparación, que el tenor es el delantero, el que
hace los goles."

Dice que no ha sacrificado muchas cosas porque hace lo que le gusta. Para
regocijo de sus fans no es casado y por el momento confiesa no tener
compromisos. Está en contacto con familia y amigos a través de internet. Sin
embargo, la carrera exige disciplina: "La mejor cosa para cuidar mi voz es
descansar, dormir mucho y comer bien. Lógicamente evitar todo lo que se sabe
que no es bueno como fumar o tomar mucho, evitar lugares donde hay mucho
ruido para no tener que forzar la voz hablando. Por otro lado, aunque
trabajo mucho, nunca viajo entre funciones."

Dice que no hay un personaje, dentro de su extenso repertorio operístico,
con el que se identifique especialmente. Le gusta lo mismo el Conde
Almaviva, en Las Bodas de Fígaro , de Rossini, que Don Ramiro, en La
Cenerentola , del mismo autor, "pero mi forma de ser es mucho más normal,
podría incluso parecer algo aburrido."

Hace unos días el tenor mexicano Ramón Vargas dijo, un poco refiriéndose a
su propia experiencia, que los cantantes latinoamericanos tenían que emigrar
a Europa porque en sus países no había muchas oportunidades, ¿pasó lo mismo
en el caso de Juan Diego Flórez?

En realidad esto es muy normal, aunque no sea la cosa ideal. Nadie puede
vivir de esta profesión en los países latinoamericanos, como un italiano no
podría vivir en Italia del toreo. Sólo en Europa y Estados Unidos uno puede
desarrollar bien este trabajo. Ojalá en el futuro esto pueda cambiar


Tenores latinoamericanos toman la estafeta de las estrellas italianas: Flórez
Carlos Paul, La Jornada, 3 July 2003

El artista peruano debuta en México con su presentación en la Sala
Nezahualcóyotl

Agudos, coloraturas y agilidad vocal, características de su exploración en
la música

Interpretará ''un programa emblemático'', con arias de Rossini, Bellini y
Donizetti

Por primera vez el tenor peruano Juan Diego Flórez se presentará en México y
será la segunda ocasión que lo haga en un escenario de América Latina, luego
de haber cantado en Brasil, sin contar su país de origen.

A sus 30 años Flórez se ha convertido, en poco tiempo, en uno de los
artistas más solicitados en el ámbito lírico internacional.

Prueba de ello son sus compromisos profesionales en Europa y Estados Unidos,
que lo mantendrán ocupado hasta el año 2008, por lo que su presencia en
nuestro país es una oportunidad extraordinaria para apreciar su voz, que
según la crítica especializada se distingue, entre otras características,
por sus agudos y versatilidad vocal.

Flórez obtuvo su primer gran éxito en 1996, al remplazar al tenor Bruce Ford
en el papel de Corradino, en Matilde di Shabran, de Rossini, en el Rossini
Opera Festival de Pesaro, Italia.

A raíz de esa interpretación, el cantante ha tenido un desarrollo
vertiginoso que lo llevó a presentarse en diversos escenarios de Europa y
Estados Unidos, como la Scala de Milán, el Comunal de Florencia, el Covent
Garden de Londres, la Staatsoper de Viena, el Gran Liceo de Barcelona, la
Opera de París, el Festival de Salzburgo y el Met de Nueva York.

Con mi trabajo -expresa Flórez que inició su carrera a los 17 años- ''trato
de respetar y hacer justicia a la música, a lo que está escrito. Como
belcantista intento explorar sobre todo los agudos, las coloraturas, la
agilidad vocal, pero sin dejar de lado la musicalidad de las frases".
Dirección orquestal de Ricardo Frizza

Aficionado a escuchar música ranchera mexicana, Flórez considera que ''la
voz físicamente alcanza su plenitud en la juventud, quizá de los
veintitantos a los 40 años y después comienza a perder flexibilidad,
entonces, no es que la voz gane con los años, sino que va perdiendo esa
característica, y eso a veces se puede confundir con madurez vocal, pero
creo en esa madurez interpretativa, la que se gana con los años.

''Por el momento, ojalá pueda cantar el mayor tiempo posible a Rossini,
porque eso quiere decir que te mantienes con buena salud vocal", expresó
durante la conferencia de prensa, presidida por Sergio Vela, titular de la
Dirección de Actividades Musicales de la Universidad Nacional Autónoma de
México.

Respecto de la mayor presencia, en la actualidad, de tenores
latinoamericanos en Europa, expresa que ''siempre la hubo. No obstante,
ahora quizá se deba a la escasez, sobre todo, de tenores italianos, por lo
que su presencia se nota más".

Para dirigir la sinfónica que acompañara al tenor peruano en su concierto,
ha sido invitado el director Riccardo Frizza (Brescia, Italia, 1971), quien
ha colaborado de manera frecuente con él en años anteriores.

El debut musical de Flórez en nuestro país estará integrado ''por un
programa emblemático" para el tenor. Interpretará arias de óperas de los
compositores más representativos del estilo belcantista: Rossini, Bellini y
Donizetti, y algunas piezas populares peruanas.

Ese repertorio clásico, explica Frizza, ''en apariencia es sencillo, porque
son líneas melódicas simples, pero en realidad es un repertorio
extraordinariamente difícil. Su dificultad proviene ante todo porque el
director debe conocer cada una de las respiraciones del cantante".

El concierto se realiza hoy a las 20 horas en la Sala Nezahualcóyotl, del
Centro Cultural Universitario (Insurgentes Sur 3000).


Juan Diego Flórez, en la cúspide de la ópera
Xavier Quirarte, El Milenio, 3 July 2003

El cantante de 30 años asegura que físicamente la voz está en su plenitud
entre los veintitantos y los cuarenta años.

Los grandes sellos discográficos han dejado de producir óperas completas,
porque se venden poco y prefieren recurrir a las recopilaciones, dice
Flórez.

Cuando el talento va acompañado de la buena suerte, el triunfo puede estar
al alcance de la mano. Júzguese el caso del tenor peruano Juan Diego Flórez,
quien estaba por comenzar su carrera profesional desempeñando un pequeño
papel en el Rossini Opera Festival de Pesaro. Quiso el destino que Bruce
Ford, quien hacía el papel de "Corradino" en Matilde di Shabran, se
enfermara y Flórez fuera invitado a sustituirlo.

Por supuesto aceptó el reto y, de entonces a la fecha, se ha convertido en
una de las florecientes estrellas de la ópera y ha actuado en grandes foros
como la Scala de Milán, el Covent Garden de Londres, la Ópera de París y el
Festival de Salzburgo.

El ganador del Premio Abbiati y el Rossini de Oro, que está en México por
primera ocasión para presentarse hoy en la Sala Nezahualcóyotl del Centro
Cultural Universitario, forma parte de los cantantes latinoamericanos que
figuran de manera prominente en la ópera internacional.

Siempre ha habido cantantes de América Latina en el ambiente, advierte
Flórez. "Sin embargo, en los últimos tiempos los tenores italianos han
escaseado y esa es la razón por la que latinoamericanos ahora se notan más.
Aunque en nuestros países no hay mucha tradición, sin embargo salen
cantantes, sobre todo tenores".

Si el joven tenor ha triunfado en los escenarios más prestigiados, no olvida
su compromiso con el país que lo formó, al que cada año retorna para ofrecer
conciertos en Lima.

Forma parte de una asociación que trata de hacer ópera todos los años con
cantantes peruanos y de Europa.

"El próximo año haremos ópera escenificada, con vestuario y todo eso, porque
hasta ahora ha sido en forma de concierto. Es algo que se realiza, no porque
se quiera ganar dinero, sino porque se quiere hacer, pues uno termina hasta
en déficit.

"El panorama de la ópera en Lima es más pobre que en México; ustedes tienen
muchas orquestas sinfónicas y nosotros sólo una y media, digamos, y con eso
nos arreglamos. El problema nuestro es la tradición, que es la base de todo.
Si no hay tradición no hay interés. Sin embargo, es poco lo que se puede
hacer porque el país es pobre y las prioridades son económicas".

Un tenor rossianiano

Además de que Flórez debutó profesionalmente con una obra de Rossini, desde
muy temprano se dio cuenta que se acomodaba al estilo del compositor
italiano. "Por mi tipo de voz y lo que puedo hacer con ella, luce más con
Rossini. Al hacer tanto a Rossini estableces una relación más estrecha
porque creas un estilo y ya sabes, entre comillas, que cosa quiere el autor.
Pareciera ser como que conoces a la persona, al compositor".

En Rossini, agrega el tenor, el sentimiento es muy tenue. "En sus obras, el
público tiene que acercarse a esa sensibilidad; el público no es un elemento
pasivo, es activo. Depende de la sensibilidad de la persona que está
escuchando".

Sobre su estilo, Flórez dice que trata de hacer justicia a la música, a lo
que está escrito en la partitura. "Trato de hacer también las obras
integralmente, no cortadas. Mucho del repertorio de bel canto usualmente se
cortaba y esta tradición se ha continuado. Algunas arias de plano ya no
existen; por ejemplo, normalmente en El barbero de Sevilla no se hace el
aria final. Trato de impresionar con todos los agudos, las coloraciones y la
agilidad, pero sin dejar de lado la musicalidad y las frases. Mis modelos
son Alfredo Kraus y Pavarotti, con los cuales he crecido desde que empecé a
estudiar canto cuando tenía 17 años".

El cantante de 30 años asegura que físicamente la voz está en su plenitud
entre los veintitantos y los cuarenta años, para después comenzar a perder
flexibilidad. "La voz pierde con los años; eso a veces se puede confundir
con madurez vocal, pero es madurez interpretativa. Conocemos el Pavarotti
que hacía los agudos más impresionantes, cuando cantaba las óperas más
difíciles y era más joven. Siempre dentro de su repertorio, con los años se
movió hacia óperas con menos agudos. Esto es normal porque todo mundo pierde
flexibilidad. Con los años cantaré más Il elixir de amore o Don Pascuale,
óperas que no tienen demasiadas dificultades, como son los agudos. Pero
ojalá que cante el mayor tiempo posible a Rossini, lo que quiere decir que
te mantienes en buena salud vocal.


Niega Flórez ser sucesor de Pavarotti
Sergio Raúl López, La Reforma, 2 July 2003

La voz de Luciano Pavarotti es la más bella que ha existido en el siglo 20,
afirma sin dudarlo el peruano Juan Diego Flórez (Lima, 1973), uno de los
tenores jóvenes con mayor proyección en el medio operístico internacional,
quien desestima así el calificativo de sucesor del artista italiano que ha
recibido de los medios especializados y la crítica.

"Ya quisiera yo tener la voz de Pavarotti", dice quien se ha especializado
en la interpretación del bel canto italiano, principalmente las obras de
Gioachino Rossini (1792-1868). Flórez subraya que anteriormente otros
cantantes han recibido adjetivos similares, pues los periodistas buscan
frases que el público relacione fácilmente con la ópera.

"Pavarotti es mi ídolo, pero manejamos un repertorio diferente y tenemos
voces distintas, claro que la gente busca siempre al nuevo Plácido Domingo o
Pavarotti porque ambos son fenómenos mediáticos del mundo de la ópera que
quizá nunca se repitan", dice el músico egresado del Instituto Curtis de
Filadelfia.

Aunque carentes de la proyección masiva de la que gozan los Tres
Tenores -Pavarotti, Domingo y José Carreras-, existen otros cantantes con
esa tesitura como el mexicano Ramón Vargas, el argentino Marcelo Álvarez y
el francoitaliano Roberto Alagna, quienes en su opinión son los mejores del
panorama operístico.

Flórez visita por primera vez México para presentarse en la Sala
Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario (Insurgentes Sur 3000) en
el recital que ofrecerá esta tarde a las 20:00 horas, acompañado de una
orquesta dirigida por el italiano Riccardo Frizza.

Las arias seleccionadas provienen del repertorio de los tres grandes
belcantistas italianos, que optaron por dar relieve a la belleza del sonido
y el virtuosismo: Rossini, del que cantará La urraca ladrona, Otelo, El
señor Bruschino y La Cenicienta; Vicenzo Bellini (1801-1835), del que
ofrecerá Los Capuleto y los Montesco y Norma; y Gaetano Donizetti
(1797-1848), con fragmentos de La hija del regimiento.

Con 30 años recién cumplidos, Flórez se ha mantenido como una de las
nacientes estrellas de la ópera en escenarios de la talla del Covent Garden
de Londres, La Scala de Milán y el Metropolitan Opera House de Nueva York.

Su gran debut internacional, refiere, tuvo lugar en 1996, al reemplazar al
tenor Bruce Ford como Corradino en Matilde de Shabran, dentro del Festival
Internacional Rossini de Ópera, interpretación que le permitió pisar La
Scala.

"Fue un golpe de suerte también, porque yo tendría que haber hecho un rol
pequeño y terminé haciendo el papel más importante debido a que el tenor
canceló", explica.

En opinión de Flórez, Latinoamérica cuenta con grandes voces para la ópera,
pero carece de la tradición que tiene el género en Europa, donde los
cantantes requieren probarse.

"Hay que buscar la tradición; por eso creo que un cantante de ópera debe ir
a Europa, porque la ópera viene de allá, esto sin hablar del aspecto
económico: los países más ricos tienen mayores posibilidades de invertir en
cultura", concluye.


Prodigiosa voz
Pablo Espinosa, La Jornada, 3 July 2003

El nombre, pero sobre todo la voz de Juan Diego Flórez, suena fuerte en la de por sí intensa vida cultural de Europa en estos días. Las mejores casas de ópera se disputan la agenda de este joven peruano de cuyo esplendor artístico no sorprende el hecho de provenir de un país ''pobre", la sorpresa consiste en la fortuna de contar con una voz nueva, diferente, prodigiosa en el tan competido y pleno de estrellas ámbito de la ópera en el ''viejo mundo".

Juan Diego Flórez no sólo es la sensación entre quienes organizan la vida operística de Europa; su éxito es abrumador entre el público, sediento de ofertas valederas y harto del oropel y el consumo al que la industria del show bussines los había sometido con el fenómeno Pavarotti. En la macrotienda de discos que está en la plaza adjunta al Museo del Louvre, por ejemplo, resulta impactante observar una escena repetida: el público revisa por curiosidad los estantes de novedades discográficas y encuentra el par de discos de Flórez (que se consiguen, ya, en México): Una furtiva lágrima y Rossini Arias (ambos, Decca). Resulta por lo menos conmovedor observar a quienes se calzan los audífonos y su rostro se transfigura del placer y el asombro. El concierto de esta noche, un acontecimiento histórico que ocurrirá en la Sala Nezahualcóyotl, se llenará de rostros de placer.


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This page was last updated on: July 5, 2003