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European Recital Tour October/November 2004
Photo Oviedo recital: La Nueva España

Berlín se rinde al tenor peruano Juan Diego Flórez, EFE, 17 October 2004
El tenor Juan Diego Flórez encandila al Campoamor, El Comercio, 25 October 2004
Juan Diego Flórez provoca el delirio en el Campoamor, La Nueva España, 25 October 2004
Impecable y armonioso, El Comercio, 26 October 2004
Devoción y fervor ante un gran artista, La Nueva España, 25 October 2004
Brief Quotes  from the Finnish and German press [in English translation]
Florez: Berlin debut concert, Oct 16 2004, Stephen Cutler, Opera-L [external link]
Divinité lyrique - Théâtre des Champs-Élysées, Altamusica, 23 October 2004 [external link]
Juan Diego Flórez - Théâtre des Champs-Élysées, L'Atelier du Chanteur, 22 October 2004 [external link]
Le sacre parisien de Juan-Diego Florez!, ConcertoNet, 25 October 2004 [external link]
Gran triunfo de Juan Diego Flórez en Oviedo, Filomusica, Número 57, October 2004 [external link]

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Berlín se rinde al tenor peruano Juan Diego Flórez
EFE, 17 October 2004

El tenor peruano Juan Diego Flórez conquistó al público de Berlín en su presentación en esta capital con un recital de arias clásicas de Rossini, Bellini y Donizetti.

La Deutsche Oper de Berlín se llenó anoche para la presentación de la nueva estrella del "bel canto", cuyo debut había despertado mucha expectación.

Flórez llegó, vio y venció con la primera aria que interpretó "La Speranza piú soave", de Seniramide de Gioacchino Rossini.

En cuanto Flórez terminó esta aria, se elevó un gran clamor en la sala y el entusiasmo del público fue aumentando según avanzaba la velada hasta la ovación final, en pié.

El joven tenor, de 31 años, ejecutó con maestría algunas de las piezas más difíciles del repertorio operístico y se ganó con ello al entendido publico berlinés.

Además de la citada aria, Flórez interpretó piezas de "La Cenerentola" y de "El Barbero de Sevilla" del mismo compositor, así como de "I Capuleti e i Montecci", de Bellini, y de "L'elisir d'amore" y de "La fille du regiment", de Donizetti.

Tras concluir el programa oficial, el cantante ofreció dos bises muy populares, "La donna e movile" y "Granada", que el público acogió desde las primeras notas con grandes muestras de satisfacción.

La orquesta de la Deutsche Opera, dirigida por Riccardo Frizza, acompañó de forma espléndida al tenor y tocó varias oberturas de las mismas óperas y sólo falló un poco con la interpretación demasiado melódica de "Granada".

En declaraciones a EFE, el tenor contó que para él la velada había sido "especial" y muy importante, porque Berlín "es una de las capitales de la música".


El tenor Juan Diego Flórez encandila al Campoamor
L. I., El Comercio, 25 October 2004

El peruano conquistó ayer al público ovetense con un recital de arias clásicas de Rossini, Bellini y Donizetti

El tenor Juan Diego Flórez ha coleccionado triunfos en teatros como La Scala de Milán, Comunal de Florencia, Covent Garden de Londres, Festival de Ópera Rossini de Pesaro, Regio di Torino, Filarmonico de Verona, Carlo Felice de Génova, Ópera de Roma, entre otros muchos. A su larga lista hay que añadir ahora el teatro Campoamor, donde ayer se metió en el bolsillo a los incondicionales del género lírico ovetense con un programa compuesto por canciones y arias de Mozart, Rossini, Bellini, Donizetti, entre otros.

Acompañado al piano por el solista norteamericano Vincenzo Scalera, el peruano recibió el aplauso general. Otro a sumar a la vertiginosa carrera de uno de los más cotizados y solicitados cantantes del panorama lírico internacional.

Su repertorio incluye habitualmente a Rossini, y no fue diferente en este último recital. Además, se lució con Bellini; se deslizó hacia atrás con el Orfeo de Gluck en la versión francesa; y se acercó a Donizetti. Pero no se olvidó de la exquisitez de la música de Mozart.

Juan Diego Flórez provoca el delirio en el Campoamor con un apoteósico recital
Cosme Marina, La Nueva España, 25 October 2004

El público, en pie, ovacionó durante más de quince minutos al tenor

Los aficionados asturianos vieron cumplidas, por fin, las expectativas de ver en el Campoamor a uno de los mejores tenores del mundo, el peruano Juan Diego Flórez. El prestigioso cantante ofreció ayer un emotivo recital con el que obtuvo un monumental éxito en su debut en Oviedo.
Para los casi mil aficionados que anoche acudieron al Campoamor a presenciar el debut del tenor Juan Diego Flórez no había dudas. Eran conocedores de que asistían a un recital de uno de los mejores tenores del mundo, ungido por sus colegas, la crítica y el público internacional. Flórez impacta en todos los teatros de referencia y en Oviedo, en su recital para la temporada de opera que patrocina LA NUEVA ESPAÑA, también.

Aunque todos los elementos presagiaban un gran triunfo, hasta las previsiones más optimistas se quedaron cortas ante el alarde del tenor que, a pesar de una afección que, según explicó al público, le producía fuerte sequedad en la garganta, consiguió uno de los éxitos más rotundos que se recuerdan en el Campoamor en las últimas décadas.

Hay que ir muy atrás para recordar un acontecimiento semejante con un joven tenor. Cantante y público establecieron una complicidad que hizo que la actuación alcanzase cotas espectaculares, sobre todo, en una segunda parte clamorosa en la que el cantante, acompañado por ese gran maestro y curtido pianista acompañante que es Vincenzo Scalera, fue hacia arriba en un «crescendo» asombroso.

La ligera afección de Flórez no impidió que su actuación, especialmente en el segundo tramo, fuese excepcional y el propio cantante modificó, sobre la marcha, alguna de las obras previstas cambiándolas por otras cuya tesitura era aún más aguda y en las que él se sentía más cómodo. Y, de este modo, el público disfrutó con arias de «Semiramide» y «L'elisir d'amore» fuera de programa e incluidas en la segunda parte. Si ya las obras de Mozart, Bellini y Rossini de la primera parte del concierto fueron muy aplaudidas, tanto la música popular peruana como Gluck o Donizetti se jalearon con bravos constantes que culminaron ya en salva de vítores, con el público puesto en pie, al final del concierto en el que el tenor ofreció tres propinas. Desde «Ah, mes amis, quel jour de fête», de Donizetti, bisando el «Cessa più resistere», de Rossini, y la «imprescindible» «La donna è mobile», de Verdi. Al final, Flórez lanzó al público las flores con que le obsequiaron y desde la platea se le piropeó sin cesar, «fenómeno», «eres el mejor». Un delirio y una pasión por el canto compartidos por un público impactado


Impecable y armonioso
Isidoro Cortina, El Comercio, 26 October 2004

Felizmente hemos «podido asistir y disfrutar de un concierto memorable dada la calidad óptima y superlativa de su intérprete, el joven tenor peruano Juan Diego Flórez -1973- y ya una primerísima figura universal dentro de su cuerda en el campo de la lírica. Es infrecuente el resultado obtenido de plena satisfacción, admiración y encanto con los que se han disfrutado en esta presentación artística, ante un público que se entregó enardecido, al final de una actuación magistral, tanto vocal como técnicamente.

Juan Diego Flórez, cuya fama ya nos había trascendido, es un tenor lírico-ligero en plenitud de virtudes dentro del tan escabroso y exigente campo del bel canto. A lo largo de su actuación demostró fehaciente y sobradamente una categoría excelsa con su canto impecable, armonioso y pleno de belleza y de técnica. Auténticamente sobresaliente.

El programa ofrecido, en plena consonancia con las aptitudes vocales de su cuerda, ha sido extenso, variado y diverso en estilos. La primera parte tuvo un carácter mesurado y centrado en sus facultades cordales de ligero: Arias de Mozart, Bellini y Rossini. Con posterioridad y variaciones en lo previsto formalmente, canciones líricas de Ayarza, un arreglo propio de una anónima, Gluck y Donizetti. En todas ellas puso el solista la fundamentada realidad de una fama bien atribuida, sin una mácula: madurez exquisita, frescura vocal, equilibrio registral, musicalidad y belleza tímbrica, fruto todo ello de técnica perfeccionista, en la que brillan factores tan importantes como la transparente dicción y una maestría primorosa en la impostación de la voz impregnada de fluida musicalidad. Si como tenor ligero, en sus primeras intervenciones, fue dúctil, dulce y preciso en florituras, agilidades y cadencias, en la segunda parte, más fuerte vocalmente, englobó un repertorio de carácter lírico y en la que nos dejó meridiana la trascendencia de su arte, en estilo, fuerza, derroche de voluntad y capacidad de asumir en plenitud, por su madurez armónica, las escalas medias de la cuerda tenoril.

Fue, sobre todo, en las arias ofrecidas fuera de programa, en la que la más estricta exigencia quedó colmada. La apoteosis general del público que llenaba el patio de butacas y sus plateas y nutría los pisos altos del teatro fue verdaderamente de acontecimiento, por el entusiasmo que levantaron sus magistrales interpretaciones, con páginas de tan superlativa escabrosidad como 'Ah, mes amis!', de 'La figlia del regimento', en la que puso a contribución todas sus esencias: bella voz, fuerza, técnica, sentimiento sumo

El público enardecido se entregó, en pie, con masivos y expresivos '¿Bravo!' El deleite final a su insistencia vino de la mano de 'La donna é mobile' y de la parte final de un aria de 'Il barbiere di Siviglia', con cuya modélica interpretación dio fin un concierto memorable en el recuerdo los asistentes.

Un coadyuvante de primera magnitud, plenamente integrado en el espíritu artístico y técnico del cantante, fue al piano el maestro Vincenzo Scalera, el cual compartió el beneplácito unánime del público y los repetidos aplausos con que el respetable supo hacer patente su intensa safisfacción.


Devoción y fervor ante un gran artista
Cosme Marina, La Nueva España, 25 October 2004

El teatro Campoamor está viviendo un otoño lírico de «gloria». Tras unas excepcionales funciones de «Elektra» y un «Tancredi» de altura más que notable, la 57.ª Temporada de Ópera apostó por ofrecer un recital de uno de los grandes nombres de la lírica, el tenor peruano Juan Diego Flórez, y consiguió con esta actuación un nuevo y monumental éxito en el que el público acabó entusiasmado por la presencia de un cantante que, a pesar de su juventud, no cesa de recibir elogios en todo el mundo.

Desde su debut en el Festival de Pesaro, Flórez no se ha movido de lo más alto y cada año que pasa su prestigio sigue creciendo. ¿Qué explica este fenómeno? En primer lugar unas cualidades naturales de enorme importancia y también un trabajo, al que no ha sido ajeno, ni mucho menos, Ernesto Palacios, todo un ejemplo sobre todo en lo que a repertorios rossinianos se refiere y que desde un primer momento apostó y encauzó al joven cantante. Con trabajo y, a la vez, compartiendo escenarios con los más grandes, Flórez se ha convertido, en un plazo de tiempo vertiginoso, en un artista maduro, de gran virtuosismo vocal, referencia segura e inexcusable. Y es que la exhibición vocal de Flores es portentosa por lo depurado de una técnica que está siempre al servicio de la expresión. O sea, es la técnica un medio, no un fin en sí misma. Además, su capacidad comunicativa con el público es ingente. Aquí tampoco escatima medios. Establece nexos de inmediato, lo que explica la devoción que genera, un entusiasmo que no levantan en este momento ni otros cinco tenores en todo el mundo.

Con estas premisas, su presentación en Oviedo era un éxito casi garantizado de antemano y, pese a una ligera afección en la garganta, superó cualquier expectativa previa. Además, pautó el recital con inteligencia -muy bien acompañado al piano por Vincenzo Scalera- y consiguió ir, en todos los aspectos, de menos a más, para rematar en una cumbre apoteósica en las propinas. De la inicial discreción mozartiana, justo en «Ridente la calma», ya pasó a un Bellini muy bien expresado y a un extraordinario «Cessa di più resistere» de «El barbero de Sevilla» de Rossini, que luego bisaría ya envuelto por el clamor del público. En la segunda parte, tras ofrecer las pertinentes explicaciones, modificó el programa, arrancó con «Semiramide» de Rossini, ya puro fuego, para continuar con tres hermosas canciones peruanas y afrontar un tramo final esplendoroso, desde «Una furtiva lacrima» de «L'elisir d'amore» de Donizetti, que también se incluyó fuera de programa, hasta un «J'ai perdu mon Eurdyce» de «Orphée et Eurydice» de Gluck extremadamente emotivo. Y como colofón el brillante «Allegro io son» de «Rita» de Donizetti dejó paso al célebre «Ah, mes amis, quel jour de fête» culminada con la «pirotécnica» cabaletta «Pour mon âme» que sirvió a Flórez para exhibir su rotundidad vocal y la flexibilidad de un agudo luminoso con el que remata su fastuosa arquitectura vocal.

Con el bis de Rossini y «La donna è mobile» de «Rigoletto» de Verdi cerró el tenor su presentación en el Campoamor y dejó bien claro cómo se canta este repertorio belcantista con eficacia, honestidad y criterio interpretativo. Frente a tantos que se refugian en el mero alarde técnico, la lección de canto de Flórez fue más allá en el cuidado máximo del fraseo, de la dicción y demostrando que un cantante de categoría es capaz de dar la vuelta a una actuación incierta en el inicio por el condicionante de su problema previo de salud. La profesionalidad de Flórez, su inteligencia interpretativa y el absoluto poder de seducción que ejerce lo convierten en una de las referencias del siglo XXI.


BRIEF QUOTES...

Recital, Finnish National Opera Helsinki, October 13, 2004

"A consummate triumph for the tenor, Juan Diego Floréz [...] The audience screamed and applauded."
(Helsingin Sanomat, 15.10.2004)

Recital, Deutsche Oper Berlin, October 16, 2004

"An introduction to tenor heaven [...]  What singing! No other tenor comes near him."
(Die Welt, 18.10.2004)

"Florez embodied perfectly the spirit of the early 19th century, the new introspection after the confusion of revolution, a subliminated eroticism, the dominance of divertissements. [...] a star in the belcanto heavens"
(Der Tagesspiegel, 8.10.2004)

Recital, Konzerthaus Dortmund, October 29, 2004

"With a southern fire which is rare in this country, the audience celebrated the young Peruvian tenor Juan Diego Flórez. At the moment the shooting-star in the music heavens, who has sensational success in Europe, got enthusiastic standing ovations at the Konzerthaus. His current Gala Tour of Germany consists of only four performances. That is why the fans travelled from far away to Dortmund to hear this exceptional talent. For at the moment Flórez is considered to be the best belcanto singer. Modestly he performed, a serious, sympathetic young musician, with an enchanting timbre and a voice in which passion and a  desire to express shine through.  He treats his material carefully, technically perfect, he reaches, seemingly without effort, glowing metallic top notes to which he adds a caressing piano. And the break-neck coloraturas of Rossini and Donizetti, are, with him, spot-on. There he releases brilliant fireworks, seemingly without effort and without showing off. He feels what he sings. And that is why the audiences love him. They admire his virtuosity, his tender sound and the agility of his slim tenor voice. The loving aria of Ferrando from Mozart's "Cosi fan tutte", the dramatic fiery " Pria che spunti in ciel" from Domenico Scarlatti's "Il matrimonio segreto", the highlight "Una furtiva lagrima",  from Gaetano Donizetti's " L' elisir d'amore", the demanding Orpheus aria by Christoph Willibald Gluck - this exceptional singer presents these treasures with taste and skill. He is a real "tenore di grazia" with youthful charm and grace, an expert in the stylistics of belcanto."
(Westfälische Rundschau, 1.11.2004)

Recital, Alte Oper Frankfurt, 4 November 2004

"His 'Un aura amorosa' from Mozart's Cosi highlights Florez's art in the most beautiful way, in the happy bond between the material and technical skill: from perfectly stable breath comes the flow of the melody. Warmth characterizes the timbre, the sympathetic colouring of which even makes the unavoidable 'Furtiva Lagrima' sound like a new experience (and not so 'pale' as for instance with Pavarotti). Beguiling also the flexibility of the phrasing, calm in 'Pria che spunta' by Cimarosa, with bravura in the coloraturas from Rossini's 'La speranza' (Semiramide). Surprising the lightness with which Flórez so accurately tosses out the series of high Cs in 'Ah mes amis' from Donizetti's Daughter of the regiment, brightly and without strain. The full house cheered."
(Frankfurter Neue Presse 6.11.2004)



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This page was last updated on: November 18, 2004