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Recital, Auditorio Príncipe Felipe, Oviedo, 8 November 2007
Juan Diego Flórez on the front page of La Voz de Asturias, 09.11.2007


El nuevo Pavarotti enmudece a Oviedo, La Voz de Asturias, 9 November 2007
En la estela de Kraus, El Comercio Digital, 9 November 2007
Apoteósico regreso de Juan Diego Flórez, La Nueva España, 9 November 2007
En corto y por derecho: Los bises de Flórez, La Nueva España, 10 November 2007
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El nuevo Pavarotti enmudece a Oviedo
Aurelio Seco, La Voz de Asturias, 9 November 2007

Juan Diego Flórez confirma su reconocimiento artístico internacional en un acto benéfico para su país.

Apoteósico, histórico y espléndido. El tenor peruano Juan Diego Flórez ofreció en la noche de ayer un recital lírico de ensueño. Habían pasado tres años desde su primera actuación en la ciudad, en el Campoamor, donde su interpretación todavía se recuerda entre comentarios de asombro y admiración. La velada de ayer será otra de las que pasarán a los anales de la historia lírica de la ciudad con letras mayúsculas, gracias a la presencia del que hoy por hoy es el más importante tenor lírico ligero del mundo, puede que, incluso, uno de los mejores cantantes de la historia del bel canto . Se lució el Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo con una magnífica entrada, motivada especialmente por la finalidad benéfica de una cita que, patrocinada por Cajastur, dedicará íntegramente los fondos recaudados en taquilla para ayudar a los damnificados por el terremoto que el pasado agosto asoló Perú.

Flórez, que estuvo acompañado por el magnífico pianista Vincenzo Scalera, demostró en el escenario las verdaderas razones de por qué a sus 34 años ya se ha convertido en una de las estrellas líricas más radiantes del actual panorama operístico mundial. Ofreció un recital amplio, con obras interpretadas en tres idiomas: español, francés e italiano, sin dar lugar a concesiones líricas de ningún tipo.

El repertorio estuvo centrado en el bel canto italiano, con obras de autores como Bellini, Donizetti y el propio Rossini, del que se ha convertido en el intérprete de referencia mundial. También hubo lugar para la canción peruana, que aportó el sabor local a una velada inolvidable de necesidad. Si para Lauri Volpi lo más importante era el fiato , es decir, la capacidad para el fraseo largo, con Flórez el fiato no sólo es bueno en longitud, también bello. Con un fraseo hermoso donde los haya, Flórez hace buenas las líneas maestras definidas por ese primer estilo lírico de Kraus, que su representante y maestro, Ernesto Palacio, sabe potenciar en ese exquisito don lírico del joven cantante limeño. De este tenor impresiona todo. Porque sus actitudes gustan, y también su porte en escena, pero es que en general lo que uno se encuentra en este cantante parece ser el conjunto de todas las buenas virtudes líricas de tantos y tantos grandes intérpretes. Desde la primera parte del programa comenzó a desplegar su extraordinaria facilidad para abordar un registro agudo cristalino. Con Deh troncate , de Rossini, Flórez dejó patente su gran capacidad para la coloratura. Uno de los clímax de la noche llegó con la preciosa canción de Chabuca Granda, La flor de la canela , que el joven tenor limeño cantó un cálido y atractivo gusto. Linda si ritiró , de Donizetti, ofreció una de las vertientes más atractivas del cantante, al que no le hacen falta artificios ni exageraciones para resultar espléndido. Terminó la pieza decrescendo, rematando con elegancia, eficacia y finura lo que tantos otros no terminan de rematar más que con aspavientos. Flórez logra seducir en esto, y en tantos y tantos detalles, que tal y como él los dice y los canta parecen sencillos, pero que muy pocos pueden en realidad ofrecer.

Al final, buena parte del público parecía tener prisa por dar por cerrado un recital de importancia histórica. Flórez tenía previsto interpretar Una furtiva lágrima, de L´elixir d´amore donizzetiano, pero como no se quiso pagar el precio de unos cuantos aplausos más, nos quedamos sin el privilegio. Sólo hubo dos propinas: La donna é mobile , del Rigoletto de Verdi, que Flórez cantó con una facilidad pasmosa, y una de las arias más complejas y paradigmáticas de su repertorio, el Ah, mes amis , de La fille du regiment , de Donizetti. Curiosamente la cantó en italiano, y lo hizo por primera vez en público, otro privilegio que hay que saber valorar. "No me pregunten por qué la voy a cantar en italiano", añadió el cantante, no queriendo desvelar que la pieza forma parte de un disco que en pocos días grabará en Valencia.

Si no estuvieron allí, se lo contamos, la obra comenzó así: "Amici miei", y se siguió con los nueve do sobreagudos que un día encumbraron a Pavarotti en Nueva York, y que ayer convirtieron la velada musical protagonizada por este jovencísimo mito viviente, en un hecho histórico, para la ciudad, y para la memoria individual de los asistentes.
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En la estela de Kraus
Ramon G. Avello, El Comercio Digital, 9 November 2007

Apoteósico recital del tenor limeño Juan Diego Flórez, anoche en Oviedo, en beneficio de las víctimas del terremoto de Perú

Dos tenores históricos habitan en la voz de Juan Diego Flórez, el cantante limeño que ayer ofreció un memorable recital en el Auditorio Príncipe Felipe. La primera, la legendaria y desconocida voz de Giovanni - Battista Rubini, cantante italiano de la primera mitad del siglo XIX, para el que Bellini, Donizetti y Rossini crearon sus mejores melodías belcantistas tenoriles. Juan Diego Flórez comenzó el recital, acompañado al piano por Vincenzo Scalera, dedicándolo, precisamente a las arias de agudos portentos que cantaba Rubini. Sin embargo, la diferencia entre Rubini y Flórez es que el primero, según las crónicas de la época, era feo, picado de viruela y pésimo actor. Un palo en la escena. Lo contrario que el tenor peruano, que es agraciado, cercano y simpático.

Vocalmente, Juan Diego Flórez guarda más afinidad con Kraus, la segunda voz. Mucho más que, por ejemplo, con Pavarotti. Como el tenor canario, su tipología vocal se enmarca en la de tenor 'de grazia' o ligero. Entre sus cualidades, cabe destacar la facilidad en los agudos, la agilidad, la claridad tímbrica, elegancia en el fraseo y la sutileza en los matices. Subrayando esta semejanza, el presidente de la Asociación Asturiana Alfredo Kraus entregó durante el intermedio de la velada, al tenor limeño, la placa en el que se le nombra socio de honor de esta entidad.

«¿Viva Perú!»

Técnica, facultades y sentimiento comunicativo son dos características de Juan Diego Flórez, perfectamente perceptibles en el concierto de anoche. Técnica respiratoria, que le permite mantener, alargar, apianar o hacer estallar una nota; homogeneidad en todos los registros, sin que cambie el color en el paso de las tesituras graves, medias y agudas.

La velada tenía como finalidad recaudar fondos para las víctimas del seísmo que asoló el 15 de agosto Perú. Entre el público, había varios compatriotas del tenor, que le recibieron con el grito de ¿Viva Perú! La parte inicial del recital se centró en la música belcantista italiana, y concretamente en las arias y canciones de Bellini, Donizetti y Rossini, que cantaba Rubini. Obras de un enorme virtuosismo, con especial deleitación en el agudo, y con un fraseo muy ligado, exquisitamente realizado por Flórez, cantados con brillantez y expresividad.

La segunda parte, menos virtuosa y mas cercana y popular, comenzó con las canciones peruanas compuestas por Rosa Merces Ayarza y Chabuca Granda, la mítica cantante limeña a la que acompañaba Rubén Flórez, el padre de Juan. Canciones interpretadas sin amaneramiento y con naturalidad. A estas obras le siguieron las hermosas y románticas melodías de Tosti, cantadas con emotividad y hondura expresiva. Sin duda, Flórez es uno de los grandes.
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Apoteósico regreso de Juan Diego Flórez
Arturo Román, La Nueva España, 9 November 2007

El tenor peruano ofrece un gran recital que emocionó al público del Auditorio, que se volcó con el cantante en un final con diez minutos de ovaciones y dos propinas

Unas mil doscientos aficionados disfrutaron en condiciones del regreso a Oviedo del tenor peruano Juan Diego Flórez. El concierto, cuya recaudación dedicó Cajastur a las víctimas del terremoto acaecido en Perú el pasado mes de agosto, se convirtió en una fiesta en la que el tenor y sus fans demostraron, una vez más, gran complicidad mutua. El cantante estuvo acompañado al piano por Vincenzo Scalera y ambos interpretaron un exigente programa en el que se incluían obras de Bellini, Donizetti y Rossini -autores que son la piedra angular de su repertorio- además de varias canciones de Tosti y populares peruanas de Rosa Merces Ayarza de Morales y Chabuca Granda. Al final, diez minutos de ovaciones y el público en pie cerraron la velada.
Cosme MARINA

Juan Diego Flórez volvió a Oviedo tres años después de su debut en el teatro Campoamor. Era una presencia muy deseada por los aficionados tras aquel sensacional debut suyo. En esta ocasión su regreso tuvo lugar en el auditorio Príncipe Felipe en un concierto organizado por Cajastur, cuya recaudación se destinaba para ayudar a las víctimas del terremoto de Perú del pasado mes de agosto, gesto que el tenor agradeció explícitamente en el transcurso de su actuación.

Al final se reunieron en el Auditorio unos mil doscientos espectadores que disfrutaron en condiciones de una de las mejores voces de la actualidad, uno de los tenores más solicitados especialmente en autores como Bellini, Donizetti o Rossini que son el núcleo de su carrera y los compositores -sobre todo el de Pésaro- en los que se ha convertido en referencia indiscutible en todos los ámbitos líricos mundiales.

De ahí que contar con Flórez para realizar dos recitales en el espacio de tres años sea un lujo no al alcance de muchas ciudades en España. Ahora, sólo queda pendiente su debut en algún título operístico en el Campoamor, hecho para lo que todavía habrá que esperar algunos años.

De momento ópera, y en condiciones, cantó en este recital vibrante y emotivo que tuvo final apoteósico con el público en pie, volcado ante un cantante que los aficionados ovetenses veneran con enorme calidez. No hizo Flórez concesiones y arrancó su intervención -especialmente bien acompañado por el pianista Vincenzo Scalera- con Bellini a través de «La ricordanza» y una ya magnífica «All'udir del padre afflitto» de «Bianca e Fernando». Donizetti tomó el relevó demostrando al público la belleza de «La favorite» en francés y, a continuación, se sumergió de lleno en la belleza de «Lucrezia Borgia» con una sensacional y tensa interpretación de «T'amo qual s'ama un angelo». El último tramo de la primera parte estuvo dominado por Rossini. «L'esule», «L'orgia» y el preludio «di musique anodine» para piano sólo precedieron a «Deh troncate» de «Elisabetta regina d'Inghilterra». Flórez exhibe tal dominio de la coloratura rossiniana, un fraseo tan claro y exquisito, una dicción pura y un timbre tan cristalino que sus interpretaciones en este ámbito son una delicia. Anoche también lo fueron.

Después del descanso la música popular peruana tuvo su lugar cantada con naturalidad, no con el engolamiento de otros colegas suyos para dejar paso a tres canciones de Tosti, casi un ligero paréntesis antes de afrontar como cierre y desplegar a fondo todos los recursos del bel canto romántico donizettiano en «Lida si ritirò» de «Linda di Chamounix». Correspondió a las atronadoras ovaciones con dos propinas, la primera ya levantó murmullos en los compases iniciales, «La donna è mobile» de «Rigoletto» de Verdi y, pedido a gritos por el público, el inevitale «A mes amis» de «La fille du regiment» de Donizetti con sus nueve dos cantados con limpieza absoluta y, además, en su versión italiana. En el descanso, la asociación «Alfredo Kraus» le entregó una placa como socio de horno.
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En corto y por derecho: Los bises de Flórez
Arturo Román, La Nueva España, 10 November 2007

Fue un éxito rotundo, y podría haber sido aún mayor. El tenor peruano Juan Diego Flórez ofreció el jueves un recital en el Auditorio ovetense que emocionó a los asistentes. Los 1.200 espectadores que llenaron el salón quedaron maravillados con las habilidades vocales de Flórez, y le obsequiaron con atronadoras y largas ovaciones. El cantante ofreció al respetable dos propinas muy aplaudidas: «La donna è mobile» y «A mes amis». Fueron dos bises muy bien acogidos que podrían haberse estirado hasta la nada desdeñable cifra de siete. Y es que el tenor confesó en la cena posterior al concierto que ésa es la cantidad de bises a que ha llegado en alguna ocasión, jaleado por el público. En Oviedo era ya tarde, casi las diez y media de la noche, así que para otra vez será. Y con respecto a la «sucesión» del recién fallecido Pavarotti, Flórez prefirió desmarcarse y explicar escuetamente que quizá las comparaciones han surgido porque en su día fue el propio tenor italiano quien le consideró como el más digno de tomar su testigo.
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This page was last updated on: November 11, 2007