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Concert with Daniela Barcellona, Teatro Real Madrid, 11 February 2006
Photo by Javier de Real, 11 February 2006

Trufas blancas para Rossini, El País, 13 February 2006
Ovacionado conjunto operístico, ABC, 13 February 2006
Delirio belcantista, La Razón, 13 February 2006

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Trufas blancas para Rossini 
J. A. Vela Del Campo, El País, 13 February 2006

Es bien conocido que Rossini tenía pasión por la gastronomía. Lo es menos que Juan Diego Flórez no pierde ocasión de visitar El Bulli, Mugaritz o el Sant Celoni en sus viajes a España. Anteayer en el Real le envió un par de trufas blancas a su admirado Rossini. Es una manera de hablar, desde luego, que trata de señalar el nivel de excelencia que imprimió a sus arias Si, ritrovarla io giuro, de La cenerentola, y La speranza più soave, de Semiramide. No se puede cantar mejor. Línea inmaculada, desplazamiento por el territorio de los agudos con una limpieza absoluta y, por encima de todo, profundidad al extraer desde el estilo las esencias más puras del compositor. Un espectador cercano a mi localidad repetía: "Qué barbaridad", al quedarse ya los adjetivos como maravilloso o similares insuficientes. No sé si fue un espejismo o la sensación que produce poder tocar la perfección. Tal vez debido a que lo muy bueno tiene su peor enemigo en lo excelente, o simplemente que estos momentos de plenitud artística se viven a cuentagotas - la media verónica de Curro, que diría el taurino-, lo cierto es que este tipo de emoción no volvió a saltar en el resto del recital. Cerca estuvo el A te o cara, de Bellini, pero en todo caso con cambio de color para la trufa, de blanca a negra, que no está nada mal, porque en Spirto gentil estaríamos ya a nivel de las trufas cultivadas, que no es lo mismo.

El concierto fue excesivamente largo y considerablemente superior en el bloque rossiniano. Daniela Barcellona fue yendo a más, mientras todo lo demás -interés musical incluido - iba a menos. Ricardo Frizza hizo una magnífica obertura de Semiramide, con una flexible y competente Sinfónica de Castilla y Leon, dejando la tarjeta de visita de director a considerar seriamente. Barcellona se mostró voluntariosa, entregada y con poder visceral en la administración del sonido que le caracteriza. El éxito fue de los de algarabí.
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Ovacionado conjunto operístico
Antonio Iglesias, ABC, 13 February 2006

Grandes voces en el Real

Obras de G. Rossini, V. Bellini y G. Donizetti. Intérpretes: Juan Diego Flórez (tenor), Daniella Barcellona (mezzo) y Orquesta Sinfónica de Castilla y León. Director: Ricardo Frizza. Lugar: Teatro Real, Madrid. Fecha: 11-2

Elíjase una buena orquesta (la Sinfónica de Castilla y León), con un avezado director (el italiano Ricardo Frizza), poniendo como guinda dos prestigiosas voces (las de la mezzo italiana Daniela Barcellona y el tenor peruano Juan Diego Flórez), y tendremos asegurada la ovación del público, máxime si a ello se añade la escucha de fragmentos operísticos muy queridos, extraídos de «La Cenerentola», «Semiramide» y «La donna del Lago», de Rossini; «I Capuletti ed I Montecchi» e «I Puritani», de Bellini; y «La favorita» y «Lucrezia Borgia», de Donizetti. Es tan válida esta fórmula como para poder afirmar que jamas pude observar el aplauso cerrado, envuelto en ovaciones, reiteradas de número en número, que registró la sala colmada del Teatro Real en el concierto operístico ofrecido en la tarde-noche del sábado, dentro del ciclo de Grandes Voces en el Real.

Las cuatro oberturas -dos de Rossini, una de Bellini y otra de Donizetti- confiadas a la demostrada profesionalidad de los componentes de la Sinfónica de Castilla y León, bajo una batuta tan diestra, tan conocedora como resultó ser la de Riccardo Frizza, aseguraron esa infrecuente superación de una base que sostiene en el foso el total sonoro de la ópera que fuere, referido esta vez al jugoso y ágil dibujo del Cisne de Pésaro, al encanto del generoso «cantabile» belliniano o a imanes que el mundo operístico siempre aguarda, aquí con el «Spirto gentil» donizettiano.

Y si la mezzosoprano de Trieste Daniela Barcellona, con una personal amplitud, precisión en la entonación, dominadora y buena comunicatividad emocional, triunfó en cuatro intervenciones «a solo», bien podría decirse que otro tanto ocurriría con las otras cuatro correspondientes del excelente tenor limeño Juan Diego Flórez, valiente, con fiato extraordinario (final de «A te, o cara», de «I Puritani», de Bellini), facilidad y artista. Que en sus dos duetos ambos cantantes, estrellas de la jornada, sumaran puntos, sería la justa adición de sus grandes méritos. Y, aunque todo medido, bien medido, en el programa, rompió moldes la ovación, reiterada como nunca, firmando un éxito grande.
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Delirio belcantista
Gonzalo Alonso, La Razón, 13 February 2006

La expectación de las grandes ocasiones, esa que congrega a todas las caras conocidas de aficionados que pueden encontrarse en cualquier parte del mundo siguiendo lo más granado de las programaciones, no se vio defraudada. Las noticias no eran positivas: en Valladolid el dúo protagonista no había estado muy fino y las cuatro oberturas -«Cenerentola», «Semiramide», «Cappuleti e Montecchi», «Favorita»- acabaron por pesar demasiado y alargar el concierto hasta las tres horas. Pero en Madrid resultó otra cosa.

Ovacionados desde su entrada a escena, se sucedieron los entusiasmos tras cada interpretación y vuelta a salir al escenario. ¿Por qué los artistas no pueden permanecer sentados en el escenario y tomarse en él su vaso de agua? Abrieron a dúo, lo que sirvió para delatar a las bravas algo que cualquier buen aficionado ya podía sospechar: que Barcellona supera ampliamente a Flórez en dimensiones físicas y vocales. Sus dúos de «Cenerentola» o «La Favorita» no encajaron del todo, porque los caudales vocales son muy distintos. Mejor fueron las cosas en la propina, un tercer dúo de «El viaje a Reims», donde Barcellona se contuvo más.

En sus arias dieron lo mejor de sí mismos. Barcellona ha conseguido eliminar la veladura que dejaba mate su timbre y ahora la voz se proyecta con brillantez. Este diferencia técnica le va a permitir un cambio de repertorio que ya se intuye, a lo Valentín-Terrani. El final de «Cenerentola» no le resultó lo más idóneo, pero bordó un aria de «La donna del lago» que hemos escuchado mil veces con distintos nombres. Así es Rossini. En la de «La Favorita», sin ser Cossotto, consiguió arrebatar. Como mezzo falcon sobresale en el agudo, el centro se presta a una coloratura de mayor espectacularidad que limpieza y los graves superan el aprobado. Las agilidades de Flórez son en cambio una traca. No voy a repetir cuanto ya he escrito de sus características. Esta vez me ha llamado la atención el cuidado con el que termina y redondea todas las frases, así como la línea en «Spirto gentil» de «La Favorita» -por qué ella en francés y él en italiano?- y en «A te o cara» de «I Puritani». Ricardo Rizzi dirigió sin desmayos a una Orquesta de Castilla y León que cada vez suena mejor. Un concierto de los que todo el mundo sale feliz. Flórez volverá al Real en dos años para cantar en versión de concierto «Orfeo y Euridice» de Gluck. No se impacienten.
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This page was last updated on: February 14, 2006