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November 2007
Madrid interview photo from La Razón, 5 November 2007

Juan Diego Flórez, la reencarnación de Giovanni Rubini, La Razón, 5 November 2007
«Usar la voz en exceso es siempre el enemigo número uno del cantante», ABC, 5 November 2007
Juan Diego Flórez: 'Necesito al público para cantar bien', EFE, 5 November 2007
«Tenía ganas de volver a Oviedo...», La Nueva España, 8 November 2007
Juan Diego Flórez grabará un CD con el sello Decca..., Las Provincias, 8 November 2007
Ernesto Palacio Tenor, La Voz de Asturias 10 November 2007
Il bello del bel canto, Corriere della Sera, 11 November 2007
Juan Diego Flórez il bello del do di petto, La Repubblica, 11 November 2007
"El reto es que mi voz haga sentir", El País,  26 November 2007
«No me gusto, no soy 'fan' de mí mismo», El Mundo, 6 November 2007
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Juan Diego Flórez, la reencarnación de Giovanni Rubini
Gema Pajares, La Razón, 5 November 2007

¿Quién fue Giovanni Battista Rubini? Dicen las crónicas de la época, allá por el siglo XIX, que fue el más grande tenor. Rossini, Bellini y Donizetti se declararon incondicionales de un artista al que le cuadraba a la perfección la palabra fenómeno. Para él adecuaron personajes y retocaron pentagramas; a él dedicaron sus mayores y sonados triunfos. Tenor belcantista y grande entre los grandes que hoy podría encarnarse en la piel de otro artista que ha cumplido los 30, también tiene nombre compuesto (ambos coinciden en el primero de ellos) y ocupa el trono de «rey de los tenores». Quizá estén pensando a estas alturas en el nombre de Juan Diego Flórez, con el que, casualidades del destino, Rubini parece tener más de un punto en común, a pesar de que uno nació en Roma y el otro vio la luz en Perú: «Es cierto que los dos tenemos nombre compuesto y nos llamamos Juan. Además, yo vivo en Bérgamo, y él era de allí. También coincidimos en el repertorio». El proyecto para dar forma a este trabajo surgió cuando su casa discográfica (Decca) le propuso la grabación de un álbum, un homenaje a un artista lírico y «después de varias propuestas pensamos que Rubini era el idóneo, un cantante rossiniano para el que compusieron los más grandes del bel canto en el XIX. Además, yo ya había cantado un buen número de las grabaciones que él interpretó», asegura. Dicho y hecho, el cd ya está en la calle.

¿Cómo se imaginan a Rubini? «Él estuvo en Europa a caballo entre una época en que se dejaba el repertorio rossiniano y se empezaba con otro muy distinto. Cantaba el estilo del canto florido y poseía una voz excepcional, extensa, era capaz de entregarse por completo y de interpretar para tocar el corazón del público».

Embarrarse los zapatos

Cuando le dicen a Flórez (un día sí y otro también) que es el más grande no se lo cree: «Yo soy muy perfeccionista y siempre pienso que todo se puede mejorar. Con un carácter como el mío, más bien pesimista, no crees que seas un fenómeno».

Con este nuevo trabajo discográfico piensa que «la gente se acercará a una figura que no es conocida a nivel popular. El disco te coloca más cerca del público, pero tiene una enorme limitación, que es la del micrófono. Cuando cantas en un escenario, desde la butaca se escucha lo que es, lo verdadero, pero siempre un disco es una plataforma validísima», apostilla. Entre vuelo y vuelo aún le da tiempo para descansar en colchón propio: «Este año no ha ido mal. He pasado unos 35 días en casa. El resto han sido habitaciones de hoteles», algo que le importa, pero lo justo. A Madrid, en una jornada de maratón, ha viajado sin su mujer«porque se ha quedado supervisando las obras de una casa que nos estamos construyendo en Pésaro». Pero que nadie crea que Juan Diego, uno de los más grandes tenores del siglo XXI, no se embarra los pies cuando toca: «Hombre, tanto como arreglar un grifo...», me dice entre risas. «Pero he estado la semana pasada en mi casa a pie de obra, con los zapatos llenos de polvo, cargando cajas de acá para allá. Y qué quiere que le diga... da mucho gusto», confiesa quien tiene un club de seguidores que no le falla, «Los florecidos» y un grupo de amigos de la lírica para desternillarse: «Somos un colectivo muy divertido, aunque sé que yo soy el más aburrido de todos». Le nombro a José Manuel Zapata, tenor como él, granadino de nacimiento, con quien le une una estrecha amistad, y entonces se suelta: «Bueno, es que él es una exageración. Empiezas a reír y no puedes parar». El jueves ofrecerá un concierto en Oviedo, y el día 30, otro a piano en Barcelona, a donde regresará en diciembre con un título de campanillas, «La cenerentola».
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«Usar la voz en exceso es siempre el enemigo número uno del cantante»
Julio Bravo, ABC, 5 November 2007

Si fuera actor, sería el intérprete perfecto para «El hombre tranquilo». A simple vista, no parece fácil alterar a Juan Diego Flórez (Lima, Perú, 1973), uno de los tenores más aclamados y solicitados de la actualidad. En unos días cantará un recital en Oviedo y viajará después a Barcelona para ofrecer otro recital y participar en la producción de «La Cenerentola». Habla en mezza voce, con un tono inevitablemente agudo y cantarín. Acaba de llegar de Milán, donde vive, y pronto empieza a acusar la sequedad del ambiente madrileño. «Discúlpeme un segundo», dice, y toma un pequeño pulverizador con agua que le sirve para humedecer su garganta.

¿Tan delicada es la voz como nos parece a los que no cantamos?

Es delicada, sí, pero si tomas tus precauciones no hay problema. Yo puedo comer y beber de todo... Usar la voz en exceso es siempre el enemigo número uno del cantante. No somos como los instrumentistas, que tienen que ensayar y practicar durante horas todos los días. Los cantantes, no. Si haces eso, te destruyes. La técnica tiene que estar muy segura, precisamente porque no puedes dedicar tanto tiempo a la práctica. Y cuando hay dos o tres días entre función y función es mejor no usar la voz. Hay quien no habla el día anterior a la función; Mario del Mónaco, el célebre tenor, era muy estricto en ese sentido.

¿Puede llegar a ser una obsesión?

Depende de cada uno. En mi caso, no. Es más, yo no puedo estar callado mucho tiempo. Pero no hay grandes secretos en torno a la voz.

Acaba de publicarse el disco en el que recuerda a otro tenor legendario, Giovanni Battista Rubini. ¿Cómo surgió el proyecto?

Fue una sugerencia de mi discográfica, Decca. Me gustó la idea porque Rubini es un tenor al que siempre he admirado y para el que se compusieron óperas que yo suelo cantar. Fue difícil elegir el repertorio porque yo ya había grabado algunas arias de esas óperas. Así que hay en el disco arias compuestas para él y otras que él cantaba.

¿Hay mucha documentación sobre Rubini y sobre su voz?

No demasiada. Yo tengo un libro editado por una fundación de Romano di Lombardía, el lugar donde él nació. Allí se da uno cuenta de lo que suponía Rubini en su época y de su aportación; él inventó muchos efectos, como un «sollozo» en el final de las frases, que empleaba, por ejemplo, Pavarotti.

Ahí se podrá comprobar también lo mucho que ha cambiado la ópera desde entonces.

En aquel tiempo la ópera era prácticamente la música del momento. Ahora hay muchas corrientes. Lo interesante de Rubini es que estuvo entre dos épocas, una dominada por Rossini, con un tipo de canto más florido, y otra nueva, con un canto más lineal, más ligado, más romántico: la de Bellini y Donizetti. Y él estuvo entre las dos y marcó la pauta de cómo se iba a cantar en el futuro.... A excepción de los agudos, que Rubini cantaba como se hacía en la época rossiniana, «de cabeza» o con una voz mixta. Eso lo cambiaría más adelante Gilbert Duprez, que fue el primero que dio el Do de pecho... La voz de pecho es la voz natural, con la que se canta normalmente. Los agudos en el pasado se hacían «de cabeza»; se hacía el cambio en el Si natural. Rubini era un maestro en el «paso» de una voz a otra, que podríamos comparar con el cambio de marcha en un automóvil. Las crónicas hablan de cómo conmovía al público, de cómo tenía la lágrima en la voz...

¿Hasta qué nota podía llegar?

Hasta el Sol. Por eso es tan difícil cantar algunas arias compuestas para Rubini. Hay una, de la ópera «Marino Faliero», que tiene varios Mi naturales, a los que hoy en día es prácticamente imposible llegar con una voz natural. Yo puedo llegar al Mi bemol; en el disco hay uno en el aria de «Bianca e Fernando».

Para usted esos agudos serán naturales, pero para el resto de la humanidad son un milagro... ¿Los agudos se pueden trabajar, o están ahí y hay que «rascar» hasta que se encuentran?

Tampoco son tan naturales... -ríe-. Los agudos los tiene uno de naturaleza, o está predispuesto a tenerlos. Pero después el perfeccionamiento nunca termina. Se pueden emitir aún mejor, más brillantes, más fáciles; se puede aprender a disminuirlos, a emitir en piano. Como todo en el canto -el legado, la voz central-, es cuestión de estudio y de trabajo.

¿Influye de alguna manera el idioma materno en la forma de cantar?

Bueno... -duda- Puede haber algo... Los rusos hablan y cantan de manera diferente de los italianos, los latinoamericanos o los españoles. Incluso entre estos dos hay diferencias en la emisión. Nosotros los latinoamericanos hablamos mucho en la nariz, en la máscara, y los españoles hablan un poco más atrás. Las voces rusas o eslava buscan más la cavidad, y las voces latinas buscan más el brillo.

Su repertorio se basa en Rossini, Donizetti y Bellini; a Mozart, sin embargo, no lo frecuenta. ¿Por qué?

Podría estar cantándolo, sí, porque me encanta y está en mi vocalidad, pero los teatros y el público me piden las óperas rossinnianas y belcantistas: «El barbero de Sevilla», «I puritani», «La sonámbula», que son las obras con las que he destacado. Para Mozart cuentan con otros cantantes. Pero hay quien sí me lo pide, como el director del Teatro Real, Antonio Moral, y voy a hacer aquí en Madrid «Così fan tutte», una ópera que cantaré por primera vez. Y también estoy preparando «Rigoletto», que cantaré primero en Lima, después en Dresde (Alemania) y más tarde en Madrid. Me parece una evolución prudente.
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Juan Diego Flórez: 'Necesito al público para cantar bien'
Almudena González, EFE, 5 November 2007

El tenor peruano Juan Diego Flórez, estrella indiscutible de la lírica, se mide con la mítica figura del siglo XIX Giovanni Battista Rubini en 'Arias for Rubini', un disco en el que recupera arias de extraordinaria dificultad de Rossini, Donizetti y Bellini.

'La grabación fue muy concentrada; no podía descuidarme en ningún momento porque el canto era muy difícil; él tenía un registro agudo único, podía ir hasta el 'Fa', hasta el 'Sol' incluso. En estas arias hay un 'Mi Bemol', que es ya un agudo estratosférico', explica el cantante en una entrevista con Efe, en la que confiesa lo difícil que le resulta la grabación de un disco.

Así, añade: 'Yo me considero un cantante muy de público, necesito tener público para cantar bien. En los ensayos, nunca doy lo que doy en la función. En las grabaciones no tienes al público, pero sabes que tiene que salir perfectamente. Eso es un obstáculo para mí -confiesa este 'perfeccionista' declarado-. Tendría que dejarme llevar..., incluso he pensado tener público en las grabaciones, aunque tendrían que estar muy callados', comenta entre sonrisas.

A Juan Diego Flórez le tentó el reto y el desafío que le propuso la discográfica (DECCA) de sumergirse en la figura de Rubini, por la que se siente fascinado. 'Fue un tenor rossiniano, como yo, y cantó Donizetti y Bellini, que también forman parte de mi repertorio', prosigue el cantante peruano, quien no olvidó un aspecto fundamental de Rubini para afrontar este trabajo: la capacidad del divo del XIX para hacer sentir, no sólo su dominio de la técnica del bel canto.

Pero los sentimientos pueden jugar malas pasadas, porque la emoción se aferra siempre a la garganta. 'Puede ser peligrosa; puede llevarte a cantar mal. Uno tiene que emocionar a los otros, pero tiene que controlarse', comenta Juan Diego Flórez, quien rememora, entonces, una grabación del fallecido Alfredo Kraus, en la que se aprecia como el artista canario para de cantar 'El día que me quieras' porque, literalmente, se echa a llorar.

Y es que, el tenor peruano se inspira en el fraseo, en la aristocracia, en el canto aéreo, en los agudos luminosos de Kraus, del que siempre ha sido admirador y al que no pudo conocer en persona. Sólo habló con él por teléfono una media hora, en una conversación que atesora con gran afecto.

La estela de Kraus es una de las razones, opina, por las que tiene un apasionado grupo de seguidores españoles que viajan para oirle cantar, con los que charla e incluso sale de cena. 'Muchos eran seguidores de Kraus y ahora lo son míos', señala el tenor, que, sin embargo, es muy conocido e identificado porque Luciano Pavaroti le reconoció como su sucesor en lo más alto de la lírica, aunque no compartían el mismo repertorio. Esto le llena de orgullo.

Pero el artista no parece, ni se considera, parte de un club de 'divos'. 'Sería ridículo que yo me volviera un tenor de aires de divo', porque, recalca, llegó a la lírica desde la música pop y popular, y proviene de una familia de clase media ('incluso media-baja', matiza).

Los seguidores de Juan Diego Flórez tienen una próxima cita el 8 de noviembre en Oviedo, donde interpretará alguna de las arias de este disco -como ya hizo en el Festival Internacional de Santander el pasado verano- y otras que son primicia.

Esta velada tiene como objetivo recaudar fondos para las víctimas del seísmo de Perú, donde el tenor está involucrado en varios proyectos, uno de ellos -todavía en conversaciones-, para la mejora de la enseñanza musical.
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«Tenía ganas de volver a Oviedo por el calor que el público me expresó en mi debut»
Cosme Marina, La Nueva España, 8 November 2007

«Juan Diego Flórez es el sucesor natural de Pavarotti». Asi lo anunció ayer César Menéndez Claverol, director de relaciones instituciones y asuntos sociales de Cajastur, en la presentación de concierto que el tenor peruano ofrecerá a las ocho de esta tarde en el auditorio Príncipe Felipe. El tenor regresa a la ciudad para ofrecer un recital, acompañado al piano por Vincenzo Scalera, cuya recaudación se destinará a las víctimas del terremoto del Perú del pasado mes de agosto.

César Menéndez Claverol explicó que lo obtenido por la taquilla se «canalizará a través de UNICEF». Juan Diego Flórez, resaltó el responsable de Cajastur, ya ofreció hace tres años un recital en el Campoamor, «que los aficionados recuerdan por su enorme éxito y con el deseo de su regreso a la ciudad». El representante de la entidad agradeció la colaboración del Ayuntamiento de Oviedo para hacer posible el concierto.

El tenor peruano quiso, en primer lugar, centrar su intervención en el «gesto de Cajastur en favor de las víctimas del terremoto del pasado mes de agosto en Perú», ante una actuación prevista en primera instancia como «un concierto normal y que después se decidió su carácter benéfico». Explicó Flórez que ya realizó actuaciones benéficas en Perú el pasado verano, una ante 20.000 personas. También incidió «en el alto grado de pobreza que se vive en Perú. Eso sí, es un país en el que se perciben las ganas de cambiar y una paulatina impregnación en la sociedad de la cultura del éxito. Yo provengo de una familia de clase media-baja, y en el Conservatorio tuve que trabajar como taxista para pagarme los estudios. Por eso tiene tanto valor que los jóvenes quieran dedicarse a la música, pese a que en mi país no sea algo rentable. Venezuela ha logrado una gran mejoría en este ámbito con el sistema de orquestas y coros, y creo que nosotros también podemos conseguirlo».

Con respecto al programa que interpretará hoy, Flórez explicó que combina «arias y canciones populares. Cantaré creaciones de Bellini, Donizetti y Rossini, autores sobre los que se articula mi repertorio, además de canciones peruanas como "La flor de la canela", de Chabuca Granda, otras de Tosti y también creaciones de Rossini del disco sobre el tenor Rubini, que acaba de salir a la venta en España».

Flórez guarda muy buen recuerdo de su debut en Oviedo. «Mi memoria de aquel recital es muy buena. El público se comportó de manera calurosa, y me encontré con amigos de Oviedo que me siguen en otros lugares donde actúo. Fue un concierto muy especial, en el que me sentí cómodo. Tenía ganas de regresar, lo que no era nada fácil por lo apretado de mi calendario». Sin embargo, no hay planes a corto plazo para una actuación suya en la temporada de ópera, «ojalá pueda cantar pronto aquí una ópera. No será en el futuro próximo, pero puede ser viable dentro de unos años». Además de ofrecer el recital en el Auditorio, Flórez será nombrado socio de honor de la asociación Alfredo Kraus, nombramiento que hace especialmente feliz al tenor. «Es un honor para mí, porque Kraus es uno de mis ídolos. Desde que lo escuché por primera vez me causó gran impacto».
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Juan Diego Flórez grabará un CD con el sello Decca en el Palau de les Arts
Las Provincias, 8 November 2007

El tenor peruano Juan Diego Flórez (Lima, 1973) grabará en el Auditorio del Palau de les Arts un CD con piezas de su repertorio, que grabará el sello musical estadounidense Decca. La grabación se realizará en varias sesiones a lo largo de la segunda quincena de este mes (de los días 16 al 26) y el disco saldrá publicado en los primeros meses de 2008.

El director de los conciertos será Daniel Oren, y en ellos Flórez compaginará arias con dúos junto a otros intérpretes, entre ellos Plácido Domingo, Ana Neteredko, Danila Barcellona y Patricia Ciofi.

El repertorio del CD va a constar de obras de Rossini, Donizetti y Bellini. El tenor peruano declaró ayer que la grabación en el Auditorio del Palau de les Arts será "muy especial" y que está "muy ilusionado" con el proyecto.

Juan Diego Flórez actuó en el Palau de les Arts en la anterior temporada (el 2 de mayo de 2007), con un concierto que provocó el entusiasmo del público. "Fue la actuación de mayor éxito de todas las celebradas en el Palau de les Arts", informaron ayer fuentes del coliseo valenciano.

Estrella indiscutible de la lírica y considerado el sucesor de Luciano Pavarotti, Juan Diego Flórez, acaba de publicar el disco Arias for Rubini, en el que recupera arias de extraordinaria dificultad de Rossini, Donizzetti y Bellini. El tenor Rubini fue una figura mítica en el siglo XIX.

Arias for Rubini también es una grabación del sello discográfica Decca, el más importante del mundo en su especialidad. Fueron los responsables del sello los que le propusieron a Flórez el proyecto de sumergirse en la figura de Rubini, un tenor por el que el tenor peruano se siente fascinado.

"Fue un tenor rossiniano, como yo, y cantó Donizetti y Bellini, que también forman parte de mi repertorio", asegura Flórez entusiasmado con el proyecto.

La idea de grabar un CD en el Auditorio del Palau de les Arts partió asimismo del sello Decca, cuya propuesta fue aceptada de inmediato tanto por Helga Schmidt, intendente del coliseo valenciano, como por Flórez.

"La grabación de este CD mostrará que el Auditorio está técnicamente preparado para conciertos del más alto nivel", afirma un portavoz del Palau de les Arts. Las lluvias han hecho daño, sin duda, mucho daño. Pero el barco sigue en pie.

En declaraciones a Efe esta misma semana, Juan Diego Flórez confiesa que es un admirador de la figura de Alfredo Kraus (Las Palmas de Gran Canaria, 1927-Madrid, 1999), y que se inspira en el fraseo, la aristocracia y los augos luminosos del tenor canario. La estela de Kraus, dice Flórez, "es una de las razones por las que tengo un apasionado grupo de seguidores españoles que viajan para oírme cantar", y con los que charla a menudo e incluso con los que sale a cenar alguna vez.

Pese al entusiasmo que despierta entre los melómanos, Juan Diego Flórez, que canta hoy en Oviedo, no se considera parte de ningún club de divos. "Sería ridículo que yo me volviera un tenor de aires de divos, entre otras cosas porque provengo de una familia de clase media". Y matiza el tenor: "Incluso media-baja".

Los aficionados asturianos a la lírica podrán disfrutar de la actuación en concierto del intérprete peruano Juan Diego Flórez. Los beneficios de su actuación, se enviarán íntegramente a su país, Perú, a través de Unicef, para paliar los daños causados por el terremoto que el pasado agosto asoló buena parte de su geografía, dejando un elevado número de muertos y heridos.

Son muchas las iniciativas solidarias en las que participa. A través de la fundación Sembrando, Juan Diego Flórez financia programas que fomentan la educación musical en Perú. "Tomamos como ejemplo a países como Venezuela, donde la música está ayudando a muchísimos jóvenes a encontrar una forma saludable de vivir". Esta ayuda se refleja, entre otros proyectos, en la creación de nuevos coros, distintas orquestas o escuelas especializadas en música.

Juan Diego Flórez afirmó sentirse orgulloso de poder contribuir con su trabajo a ayudar a su país, que vive "una situación muy complicada, con pobreza extrema, aunque se perciben ganas de cambiar para mejor".

La meteórica carrera de Juan Diego Flórez ha sido distinguida con los premios más importantes líricos, como el Abbiati al mejor cantante del año en 2000.
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Ernesto Palacio Tenor
Aurelio Seco, La Voz de Asturias 10 November 2007

Ernesto Palacio ha sido uno de los tenores más destacados de los años 70 y 80. Actualmente se le conoce más por su trabajo como representante de cantantes, principalmente del tenor peruano Juan Diego Flórez, que anteayer cautivó a los aficionados ovetenses con un recital de ensueño.

Por qué es tan extraordinario Juan Diego Flórez?

Actualmente no hay nadie que pueda hacer lo mismo. Es el más importante intérprete belcantista. Por su extensión, coloratura, fraseo y un timbre tan particular como bello. También le ayuda su aspecto físico, adecuado a los roles de joven enamorado que tanto abundan en el género.

Es Juan Diego Flórez el mejor tenor lírico ligero de la historia?

No soy muy partidario de hacer este tipo de afirmaciones, porque en el campo de la música lo que importa es la estética, que va con los gustos. Hay gente a la que no le gusta Juan Diego, pero lo cierto es que para la mayoría no resulta fácil encontrar un cantante que haya reunido nunca mayor cantidad de cualidades. Quien ha tenido su extensión no ha tenido su timbre, quien tuvo su coloratura carecía del fraseo. Este tipo de unión que se da en Juan Diego hace que ocupe hoy en día el primer puesto absoluto. Desafío a cualquiera a que diga lo contrario.

Se dice que Giovanni Battista Rubini llegaba hasta el sol sobreagudo.

Rubini era un tenor de una época donde estas notas se hacían con el registro de cabeza. No es la técnica de hoy en día, ni la que usa Juan Diego. Esas notas extremas se pueden hacer en falsetón, con voz de falsete, pero con una emisión ortodoxa no. Yo soy contrario a que Juan Diego ensaye más allá del mi bemol. Hay que cuidar la voz. Además, ir más allá no interesa a nadie. Es cierto que hay una partitura en I Puritani donde hay un fa natural, pero es sólo una, y está artísticamente aceptado que se baje la tonalidad. Nadie va a decir: es que no hizo ese fa!

Según usted, Kraus tuvo dos estilos, primero buscando la belleza del sonido, y luego más preocupado por dónde colocar ese sonido, por qué cree que hizo este cambio?

Eso me pregunto yo. En el primer periodo su sonido es perfecto, bonito: me encanta. En el segundo yo me sigo quitando el sombrero pero, aunque no cambió el fraseo ni la extensión, sí cambió la emisión, que fue decantándose hacia lo que él más necesitaba: seguir cantando con sus aptitudes líricas intactas.

Cree que Kraus se dejó llevar por su ansia de perfección técnica?

No lo sé. Quizás si hubiera seguido cantando bello no hubiera durado lo que duró. Porque este segundo período le permitió llegar hasta la muerte cantando. Prefirió hacer ver donde poner los sonidos, más que obtener el sonido más bello. La satisfacción de poner el sonido en su lugar puede hacer sentir al cantante un sensación tan agradable que no le haga pensar en más cosas.

Esta segunda opción de Kraus tiene que ver con que algunos consideren sus interpretaciones frías?

Esa sensación de frialdad es algo muy personal. Yo siempre he identificado esa cualidad con aspectos como la elegancia o la aristocracia de su canto. De cualquier forma el zapato de Kraus no es el de Flórez. Juan Diego no tiene intención de seguir cantando hasta el infinito. El tiene otros muchos planes sobre su vida que no tienen que ver con la lírica, y quiere hacer otras cosas.

La Asociación Lírica Asturiana Alfredo Kraus les ha hecho Socios de Honor.

Ha sido una gran satisfacción, porque yo debo mucho a Alfredo Kraus, con quien estudié en su día, y a quien sigo en muchos aspectos. En cuanto a Juan Diego, hoy en día es el tenor que canta más cerca de la idea de canto de Kraus, pero sin imitarlo. A veces, muchos cantantes imitan a otros grandes y acaban copiando sus defectos.

Y qué defectos tiene Flórez?

Juan Diego sólo tiene un defecto: que no tiene defectos (risas).
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Il bello del bel canto
Enrico Parola, Corriere della Sera, 11 November 2007

Tutti lo indicano come il miglior tenore al mondo, ma lui non lo ammetterà mai; non per falsa modestia, ma per un'autocritica così feroce da fargli sussurrare parolacce a scena aperta se non è soddisfatto di come sta cantando. Oltre che bravo è bellissimo, ma anche qui svicola e relativizza, dicendo che il suo è un bel fisico per un personaggio buffo. La sua storia è un romanzo alla De Amicis che dalle Ande l'ha portato agli Appennini, o meglio alle Prealpi orobiche: peruviano di Lima, quando non canta in giro per il mondo vive a Bergamo, tra via Donizetti e via Rossini...

Juan Diego Florez è il personaggio oggi più ammirato nel mondo della lirica; ma è anche una persona tutta da scoprire; l'occasione per conoscerlo oltre che ammirarlo è offerta domani sera, quando canterà all'Università Cattolica per i sessant'anni della Facoltà di Economia e poi si racconterà al pubblico dialogando col critico del Corriere Enrico Girardi.

Lo dicono tutti tranne lei: perché non si considera il migliore?

«Perché io canto il repertorio belcantistico, Rossini e Donizetti, non si possono far confronti con i tenori che cantano Puccini o Wagner».

Ma almeno nel suo repertorio?

«Per niente! Devo migliorare le mezze voci: rispetto a dieci anni fa sfumature, crescendo e diminuendo mi riescono meglio, ma ne ho ancora di strada da fare. E poi c'è l'aspetto centrale: raggiungere il perfetto dominio tecnico nelle arie più difficili per concentrarsi solo sul trasmettere le passioni, i sentimenti della musica».

Beh, non sembra un suo problema. A febbraio ha rotto un tabù che alla Scala durava da 74 anni, concedendo il bis di «Ah mes amis», l'aria dei famosi nove do di petto.

«Nelle prove mi avevano detto di non fare bis; però il giorno della prima il sovrintendente è venuto da me e mi ha detto che se me la sentivo e il pubblico me lo chiedeva, potevo farlo».

È teso prima di cantare arie così difficili?

«Non sono mai completamente tranquillo. Quell'aria, ad esempio: so che i nove do più o meno verranno, però dipende come. Se già il primo scricchiola bisogna mantenere la calma, dimenticarlo e concentrarsi sui successivi: un po' come succede nello sport».

Le capita mai di dire: «Come sto cantando bene»?

«Qualche volta. Davanti al pubblico, a differenza della prove o nel chiuso di una stanza, sono spinto a dare tutto: nascono intuizioni estemporanee, cantare qui più piano, là fare una certa legatura».

E di dire: «Come sto cantando male»?

«Sì. Alle volte sono così poco soddisfatto che mi scappa qualche parolaccia mentre sono ancora in scena. Un mormorio appena, sperando che il pubblico non interpreti il labiale!»

Non le sembra di esagerare?

«Sono molto critico con me stesso, direi quasi che sono incline all'autoflagellazione. Lo reputo un pregio: questo mi ha spinto a studiare sempre tantissimo, per togliere difetti, per fare le cose meglio».

Però lei ha bruciato le tappe. A trentatré anni è una stella mondiale. Non si considera un predestinato?

«No. Ho avuto fortuna, ma ho sempre sudato per assecondarla: ho debuttato al Rossini Opera Festival e al Covent Garden per la defezione del tenore principale, ma in entrambi i casi dovetti imparare un' intera opera in cinque giorni».

Lei è ammirato anche per la bellezza. È ipercritico anche su questo?

«Diciamo che sono un bel tenorino: ho il fisico adatto ai ruoli buffi. Ma se dovessi fare Otello... pensi a José Cura: non ci sarebbe partita».
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Juan Diego Flórez il bello del do di petto 
Paola Zonca, La Repubblica, 11 November 2007

Nel febbraio scorso, alla Scala, gli applausi dopo la cabaletta "Pour mon ame" della Fille du Régiment, con la famosa raffica di nove do di petto, erano stati così calorosi da costringerlo a fare il "bis" nel bel mezzo dell´opera. Domani il tenore Juan Diego Flórez, 34 anni, peruviano di Lima che vive a Bergamo, torna a Milano per un recital nell´aula magna dell´Università Cattolica, accompagnato dal pianista Vincent Scalera. In programma arie di Rossini e Donizetti, ma anche brani di Tosti e dalla zarzuela, inframmezzati da una chiacchierata col critico musicale Enrico Girardi. E, anche se l´artista non lo conferma al cento per cento, il "bis" potrebbe essere proprio quella pirotecnica cabaletta che ovunque infiamma gli animi dei melomani.

«È un onore cantare davanti a un pubblico giovane, di studenti - dice Flórez - In Perù l´ho già fatto più volte, mi hanno persino nominato professore onorario, una cosa che alla mia età fa un certo effetto». Voce cristallina soprattutto negli acuti, tecnica sopraffina, intuito animalesco per il palcoscenico, Flórez è da molti considerato l´erede di Pavarotti, pur nella diversità del timbro e del repertorio. «Dal '99 i giornali scrivono: è nato il nuovo Pavarotti - spiega - Una volta lo disse anche lui. Sapeva benissimo che io non canto Bohéme, Tosca, Trovatore, ma apprezzava il mio canto: diceva che avevo un passaggio facile, naturale, al registro acuto. Luciano, però, è stato un caso a parte, che difficilmente si ripeterà: la sua voce era oro colato, è sempre stato il mio idolo».

Bravo e bello, interista sfegatato, Flórez ha uno stuolo di fan (uomini e donne) che da vari paesi d´Europa lo seguono in tutti i teatri dove canta. «Hanno creato anche un forum, che si chiama Florezido, dove esprimono con molto affetto le loro opinioni - racconta il tenore - Certo, più aumenta la fama e maggiori sono le responsabilità. So che ho sempre gli occhi puntati addosso, ma questo mi aiuta a fare sempre meglio». Smentisce invece la nomea di dongiovanni che lo accompagna da quando ha debuttato, nel ´96, al Rossini Opera Festival e poi alla Scala con Muti, dando un dispiacere alle sue ammiratrici: «Lo dicevano quando ero agli inizi, ma si trattava di una fama gonfiata. A aprile mi sono sposato con Julia, una ragazza tedesca che ha vissuto anche in Australia. A Lima ci sposeremo col rito religioso. Quattro anni fa, quando l´ho conosciuta, studiava canto. Ora ha lasciato: mi aiuta in tutto, organizza i miei appuntamenti, mi accompagna ovunque».
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"El reto es que mi voz haga sentir"
Aurora Intxausti, El País,  26 November 2007

Juan Diego Flórez (Lima, 1973), el gran tenor rossiniano, tiene su vida profesional programada hasta 2015, algo que afronta con la serenidad impresionante que transmite...

"Mi vida profesional la tengo más o menos clara, pero las grandes incógnitas están en la vida privada. No sabes qué es lo que te va a suceder en unas horas, a quién vas a conocer y cómo puede cambiar toda tu existencia en un segundo. No pienso mucho en lo que voy a hacer en los próximos años. Vivo sin angustia y, sobre todo, esperando que me sorprenda. La vida es una aventura y la mía está resultando fantástica. Mucho mejor de lo que jamás hubiese soñado".

El tenor acaba de publicar Arias for Rubini (Decca), un disco homenaje al rey de los cantantes de ópera de la primera mitad del siglo XIX. Flórez habla con vehemencia del trabajo de Rubini...

"Una figura interesante que cantó un repertorio que va muy bien con el mío. Él interpretó mucho a Rossini, Donizetti y Bellini, y mi repertorio fundamentalmente es eso. Era ideal para mezclar con elegancia la interpretación y el bel canto. Tenía la capacidad de emocionar y tocar al público, de hacerle llorar. Se decía de él que tenía la lágrima en la voz. Además de impresionar al público con los virtuosismos vocales, exprimía con una belleza difícil de igualar la parte más artística. Eso es muy difícil para mí, pero ésa es la meta. Es a lo que hay que llegar. Mi reto está ahí, en hacer sentir lo que uno canta, lo que uno está diciendo. Hay que alcanzar un punto en el que tienes que ser capaz de dejarte llevar".

En febrero de este año, Juan Diego Flórez repitió el aria Ah, mes amis en la Scala de Milán, algo que no ocurría en ese teatro desde 1933...

"Fue algo gracioso, no sabía que había un veto y fue divertido. Lo hice y al día siguiente fue algo asombroso. En Milán, los críticos, que son muy esnobs, llegaron a pedir que eso no se volviese a repetir y que se mantuviese la prohibición que impuso Arturo Toscanini en ese teatro de que los cantantes no hiciesen bis. Fue interesante, aunque no volví a repetirlo".

Habla Juan Diego Flórez de lo que para él significa y es la ópera...

"Sobre todo es teatro. Me incluyo en esa corriente de cantantes jóvenes que apuestan por la actuación, por dejarlo todo en el escenario y dar un espectáculo completo."
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«No me gusto, no soy 'fan' de mí mismo»
Milagros Martin-Lunas, El Mundo, 6 November 2007

Le han bautizado como el sucesor de Pavarotti, pero a él le brillan los ojos cuando habla de Kraus. Su mirada dice mucho más que sus palabras. Lento y tranquilo en el habla, desborda energía cuando describe algo que le seduce. La música por ejemplo. Juan Diego Flórez cuenta con un nuevo disco, Arias for Rubini, un homenaje al bel canto. Un homenaje a un alma gemela dirán muchos. Rubini (1794-1854) y Flórez (Perú, 1973) coinciden en repertorio, técnica, voz y carisma.

Pregunta.- ¿Por qué un homenaje a Rubini?

Respuesta.- Cuando me propusieron homenajear a Rubini pensé que era muy interesante porque el repertorio que él cantaba es el repertorio que yo canto.

P.- Parecen dos almas gemelas.

R.- El fue sobre todo un cantante rossiniano. No se conoce como cantante rossiniano, porque no creó roles de Rossini, pero cantó casi todas sus óperas. Me pareció un personaje interesante, estudié un poco sobre él, lo que pensaban los críticos de la época, su canto, su personalidad, su técnica. Era un tenor que podía llegar a agudos estratosféricos con una técnica que se usaba mucho en la época: cuando se pasaba del Do agudo o del Si al registro más agudo se usaba otro tipo de voz, la voz mixta. Ese tipo de voz ya no se usa, creo que nadie sabe enseñarla. Era un secreto de la escuela belcantista.

P.- ¿Qué pensaban los críticos de Rubini?

R.- Rubini fue un cantante que impresionaba con la técnica, dejaba a todo el mundo boquiabierto. Podía hacer con la voz todo lo que quería. Incluso los críticos decían que ese pasaje de la voz natural a la voz de cabeza no se sentía. Ese cambio, que es como un cambio de marcha, era inaudible. Eso era algo que destacaban los críticos, porque a otros tenores se les oía el cambio. Impresionaba también su manera de interpretar, su capacidad de tocar al público.

P.- Todo eso que cuenta es casi como si hablara de sí mismo. Se dice que Juan Diego Flórez es de los cantantes líricos que interpreta.

R.- Para mí es una meta tratar de llegar al público. En ese sentido Rubini era un maestro y por eso Bellini le eligió como el tenor que iba a crear sus óperas.

P.- ¿La ópera es para elegidos?

R.- Creo que lo que hace falta es una sensibilidad especial, que no depende de nada, depende de cómo estés hecho tú. La ópera te gusta o no te gusta. ¿Por qué? No hay ninguna razón. Yo empecé tarde y me cautivó.

P.- ¿Kraus o Pavarotti?

R.- Soy admirador de los dos.

P.- ¿No está harto de leer que Pavarotti le ha dejado el cetro?

R.- Para mí es un honor. Es una responsabilidad, pero felizmente cantamos repertorios diferentes. Si yo cantara La bohème, una ópera de Pavarotti, sentiría esa presión. No coincidir en el repertorio me quita responsabilidad. En cambio, Kraus siempre ha sido mi ídolo; mi voz y mi repertorio se acercan más a él.

P.- ¿Volvería a hacer un bis en la Scala después de todo lo que se ha escrito, para bien y para mal?

R.- No fue un acto anárquico. Me dijeron que si quería hacerlo que lo hiciera, pero yo no sabía que había un veto de 75 años.

P.- Se le presume bastante tímido, ese momento debe ser una mezcla de sentimientos brutal.

R.- Sí, desde el momento que estás en el escenario esa timidez se tiene que ir. No era la primera vez que cantaba ese aria dos veces. Fue un escándalo, la gente decía que se había roto la tradición y todo eso. Milán es muy snob.

P.- Ha sido el único que vio a Pavarotti enfermo, ¿le daba consejos?

R.- No creo que fuera el único. Lo que sí puedo decir es que cené con él la última vez que él cenó sentado. Fue la última vez que le vi. Se mostró amable, simpático, incluso se permitió el lujo de dar alguna broma.

P.- ¿Qué música escucha en sus ratos de ocio?

R.- Sobre todo música peruana, clásica, rock. Depende del humor.

P.- ¿Qué canta?

R.- No canto. Cuando tienes días libres es mejor no cantar. En esto somos diferentes de los instrumentistas, ellos estudian todos los días incluso horas. El cantante no puede hacer eso, se arruinaría. Porque la voz se gasta.

P.- Se define como un autocrítico, ¿eso no le impide disfrutar de las cosas?

R.- Nunca estoy contento conmigo mismo, digamos que no me gusto. No soy fan de mí mismo.

P.- ¿Qué les diría a los que dicen que ha llegado la hora de cambiar de repertorio?

R.- No sé a qué se refieren, porque yo voy haciendo una ópera nueva al año (voy a hacer ahora Così fan tutte y Rigoletto), pero me mantendré fiel a mi repertorio porque ésa es la única manera de que la voz siempre esté fresca. El ejemplo que tenemos cercanísimo es Kraus. El cantó sus óperas hasta que tuvo setenta y tantos años. Las hizo bien, con una voz fresca, joven. Eso es importante.

P.- ¿Cómo pierde el tiempo Juan Diego Flórez?

R.- De muchas maneras. Me gustan los deportes, cuando puedo juego al fútbol, al tenis también. Pero hay muy poco tiempo para eso. Me gusta comer, ir a restaurantes buenos. Soy fanático de El Bulli. Trato de ir todos los años, tengo suerte.
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