ARTICLES & INTERVIEWS January - February 2006 |
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Photo by Francisco Socorro «El público espera siempre más de ti, no puedes descuidar la voz», Pleamar Cultural, January 2006 El secreto es el aire, Pleamar Cultural, January 2006 Tenor Juan Diego Flórez no cree en "divos caprichosos", EFE, 23 January 2006 Flórez, el tenor más esperado, Canarias7, 24 January 2006 Alfredo Kraus me respalda 'desde allí donde esté', EFE, 26 January 2006 Lujo lírico en el Teatro Circo, La Verdad, 5 February 2006 «La ópera, al igual que el jazz o el golf, nunca será de masas», Tribuna de Albacete, 5 February 2006 ______________________________________________________________ |
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Interview: «El público espera siempre más de ti, no puedes descuidar la voz» Luisa del Rosario, Pleamar Cultural, Canarias 7, January 2006 El destino, la suerte, el trabajo o la conjunción de todas ellas. Desde hace diez años los melómanos tienen la oportunidad de disfrutar de la extraordinaria voz de Juan Diego Flórez (Lima, Perú,1973), un cantante que ha sabido lidiar con las mieles de la gloria con naturalidad, el mismo desparpajo que ha mostrado sobre los escenarios al enfrentarse a las partituras más complejas del repertorio lírico. En el Conservatorio era usted conocido porque siempre preguntaba a sus profesores si pensaban que tenía "talento para ser tenor." ¿Se lo sigue preguntando? ¿Sigue pensando que para triunfar basta con el talento? (Risas) No ya no me lo pregunto. El talento es una cosa que está, pero si sólo se tiene talento no se va a ninguna parte, el trabajo es muy importante. Siempre hay que mejorar, esforzarse por hacerlo siempre mejor porque el público espera siempre más y más de ti. El monitorear la voz es también muy importante para un cantante. La voz no puede ser descuidada, hay que trabajar constantemente en su colocación y en cómo proyectarla para que el resultado sobre un escenario sea el que parezca que la voz suena siempre bien y fácil. Es un trabajo de mantenimiento constante. Es la primera vez que participa en el Festival de Música de Canarias y lo hará con un recital. Pocos cantantes han logrado compaginar la escena con los recitales. ¿Cómo combina usted la gestualidad de la escena y la intimidad de los recitales? Hace ya un tiempo que vengo haciendo recitales, desde 1999. Desde entonces he hecho muchos y he disfrutado mucho haciéndolos. En el recital el cantante esta sólo con el público y la comunicación es lo más importante. La ópera es diferente, es menos íntima, menos desnuda. En el recital no tienes maquillaje ni vestuario, eres tú y el público. Disfruto tanto de la ópera como del recital, y aunque son dos artes distintas me siento muy contento de poder hacer las dos cosas. Para el recital ha incorporado usted msica de Mozart, un repertorio que usted no frecuenta demasiado. Ya viene siendo habitual ver algo de Mozart en mis recitales y conciertos, no obstante, efectivamente, las arias que están en el programa las interpretaré por primera vez. Amo a Mozart y estoy contento de poder cantar estas piezas en el año Mozart. Desde hace años el peso de las producciones recae en usted. Parece que todo el mundo mira su trabajo con lupa, ¿cómo afecta la presión? ¿Le resta espontaneidad en la escena o por el contrario le gusta esa sensación? Estoy muy acostumbrado a la presión y creo que trabajo bastante bien con ella. Sentirme observado hace que me esfuerce más. Para mí es un estimulo. Cada vez que subo a un escenario es como si me en enfrentara a un examen más, y si hay mucha expectativa sobre el concierto, el examen es más duro. ¿Qué le ha supuesto pasar de ser admirador de los mejores cantantes de ópera a ser el admirado, aún en plena juventud? Yo siempre seré admirador de los grandes artistas, el hecho que Luciano Pavarotti haya declarado varias veces cosas muy positivas sobre mi me llenan de honor y me cuesta trabajo creer que él me aprecie. Hace poco oí de boca de un alumno de Alfredo Kraus que el decía queme apreciaba, que yo era un buen cantante. Me emocioné mucho, fue muy lindo saber que el gran tenor Alfredo Kraus se fijo en mi. Usted afirma que de las voces, lo primero que admira es su belleza. ¿Se puede llegar a ser un gran cantante con una bella voz que carezca de potencia, teniendo en cuenta que las salas de concierto son cada vez más grandes? Muchas de las voces que han pasado a la historia son voces pequeñas pero que corrían por todo el teatro. Creo que las cualidades más importantes en una voz son técnica, belleza y capacidad de comunicar, el volumen es muy secundario. Está previsto que salga un disco con canciones latinoamericanas. ¿Qué ofrece Juan Diego Flórez en esta grabación? ¿Está dirigido a un público distinto al de la ópera o al de la música clásica? Está dirigido a quien quiera tenerlo, no a un público concreto. La grabación incluye música peruana y latinoamericana, clásicos como Aquellos ojos verdes, La flor de la canela, Júrame, El día que me quieras, etcétera. En alguna ocasión se ha quejado de la "arrogancia" de algún que otro director de orquesta y de las "barbaridades" de algún que otro director de escena. ¿Han sustituido a los divos sobre el escenario? ¿Son menos "divos" hoy en día los cantantes? En general creo que somos menos "divos" aunque aún se ven dignos representantes de esta corriente. Quizás el divismo es algo que nunca va a desaparecer. Creo que tiene un poco que ver con lo delicado de nuestro instrumento y los cuidados a los que nos tenemos que someter que puede llevar a ciertos modos de comportarse. Después, claro está, hay casos exagerados, pero creo que el divismo en ciertos cantantes hace nuestro mundo más interesante. El secreto es el aire Arturo Reverter, Pleamar Cultural, Canarias 7, January 2006 Con Juan Diego Flórez se ha recuperado un estilo de canto que había caído en desuso prácticamente desde finales del XIX o principios del XX, cuando el ya veterano Fernando de Lucia, un artista de una fantástica imaginación ornamental, recreaba con un refinamiento y un juego de matices extraordinario, como heredero de antiguos tenores rossinianos, las florituras de 'Ecco ridente in cielo' o de 'Sei mio nome' de El barbero de Sevilla de El Cisne de Pesaro. No es que De Lucia, que poseía una voz de cierta anchura, que le permitía abordar, con elegancia eso sí, algunas óperas veristas, fuera el ejemplo del tenor servidor fiel de los principales papeles del compositor italiano, pero sí que, de una forma si se quiere muy personal, mantenía algunas de las esencias de un canto ya prácticamente finiquitado y que ha permanecido en paradero desconocido hasta hace poco y que sólo unos pocos arrostrados y valientes defendían, Alfredo Kraus entre ellos, aunque en otras esquinas del repertorio. Durante decenios, en efecto, los papeles de Rossini, reducidos casi exclusivamente al de Almaviva de El barbero de Sevilla, eran cantados por tenores ligeros, hábiles en el falsete, incluso en el matiz, pero poseedores de voces de escasa entidad, demasiado leves, alígeras, blancas, linfáticas. Cuando el personaje requería realmente un instrumento más ancho, robusto y oscuro, el de un tenor baritonal, como lo era su creador, el español Manuel García, del que hace bien poco hemos hablado aquí, en su calidad de compositor. Afortunadamente, a partir de los años ochenta, ha empezado a surgir una generación de cantantes de sorprendentes cualidades que han tomado la iniciativa de acercarse a Rossini con mayor autenticidad; con voces variables, pero con técnicas muy probadas: Blake, Ford, Merrit (éste en sus comienzos) y, más modernamente, Flórez, que nos ha traído, un poco en la línea de Kraus - al que admira - una forma de cantar en realidad moderna pero capaz de servir con propiedad, inteligencia y gusto, algunos de los valores belcantistas que siempre definieron el arte rossiniano y el de autores anteriores Mozart o posteriores - Bellini, Donizetti, por dar nombres realmente señeros. Ese compromiso entre una técnica moderna con recuperación de estilos y procedimientos antiguos está perfectamente definido en el tenor peruano, que sigue sin duda la estela del canario. Aquí hemos definido más de una vez al cantante de Las Palmas de Gran Canaria como un tenor revolucionario, que podía casar, efectivamente, las reglas de oro del belcantismo con las técnicas nacidas y evolucionadas desde Duprez y que fundamentaron casi todo el canto de la segunda mitad del XIX y que, a lo largo del XX, con el predominio del canto verista se perdieron en una no pequeña proporción. ENORME NATURALIDAD. Como Kraus, Flórez, que anda ahora por los 33 juveniles años, maneja una técnica de canto de una naturalidad pasmosa, que podríamos considerar la ideal en una voz de tenor: no hay suturas - o no debe haberlas - entre los tradicionales registros de la voz - o los tres, según las épocas - el de pecho, medio o cabeza (falsete-cabeza, que decían los García): la emisión es una y el sonido, por tanto, también. La columna de aire, que nace de la presión subglótica, de un adecuado trabajo del diafragma y de los músculos intercostales, es una e indivisible; en su recorrido a través de la tráquea, laringe - donde vibran a su paso las cuerdas vocales - y faringe donde se engrandece y enriquece. No se plantea con este tipo de emisión ningún cambio, ningún salto, ninguna presión muscular indeseada; ningún pasaje de registro. El sonido circula libremente, con nula intervención de la gola. Es un canto en este sentido abierto, no cubierto o cupo. Es la apoteosis de la voz clara; un canto natural, que mantiene el equilibrio, que no modifica el timbre y que da posibilidades para cambiar el color mediante el empleo de los reguladores de intensidad, en lo que Kraus era maestro y en lo que Flórez se defiende ya muy bien. Porque tanto don Alfredo como el joven peruano desarrollan y practican con naturalidad, con desahogo, lo que realmente es un artificio, que es cantar. De ahí la comodidad, la facilidad - aparente en todo caso, pero lo que importa es lo que parece - la espontaneidad de ese trabajo vocal. Es un canto aéreo; es decir, un canto que pone en juego con total propiedad los elementos básicos de la función, que se fundamenta precisamente en el manejo y regulación del aire. Algo tan aparentemente sencillo y en realidad tan endemoniadamente difícil. A Flórez ya lo hemos definido en estas páginas como tenor lírico-ligero tipo contraltino, que emite sin pestañear, a plena voz, sin recurrir al pasaje - y Kraus lo consiguió durante muchos años, como el jovencísimo Di Stefano - sonidos a plena voz en cualquier zona de la tesitura dotados de la misma consistencia y espesor. Da gusto escuchar campanear ese timbre argénteo de Juan Diego, más claro, más delgado que el de nuestro compatriota, que poseía un metal más penetrante en algunos tramos y una mayor densidad instrumental, con agudos más robustos. Pero los de Flórez son de una vibración, un brillo y una colocación infalibles. Al ser la voz tan aérea, fácil, ligera, el artista no tiene ningún problema para realizar un canto muy florido, para ornamentar, apianar, hacer medias voces o falsetes, aunque todavía no haya llegado a la maestría en el legato, en la administración de intensidades, en el uso del portamento expresivo a la que llegaron Kraus o Schipa. Pero en eso estamos. REPERTORIO ADECUADO. Gran parte de estas cualidades han podido ser ya apreciadas en Canarias, a cuyo Festival de Música acude el tenor, después de triunfar en años anteriores, en el Festival de Ópera de Las Palmas. En este caso se le podrá escuchar en un recital con piano que incluye, además de las de Bellini y Donizetti, los dos compositores que más canta junto con Rossini, otras partituras de Mozart. No cabe duda de que su tipo vocal puede ajustarse perfectamente a las necesidades que impone la música del salzburgués, que requiere un tenor que en su época incluso podía ser oscuro, pero que en cualquier caso precisa de una vibración, de una carne, clara si se quiere, pero con cuerpo, con densidad lírica. El tenor de Mozart es viril. Borremos de nuestramente esas voces blanqueadas y sin proyección en el agudo que todavía hay que aguantar de vez en cuando. La carrera de Flórez es magnífica, y hasta aquí ha llegado en plenitud. Esperamos que siga manteniendo la cabeza en su sitio, que no aborde aún partes de lírico pleno, que exigen un volumen, una anchura, un metal y un timbre que, hoy por hoy, no tiene. Será la mejor manera de que continúe conservando ese tesoro que lleva en la garganta y que viene preservando inteligentemente, con la ayuda de su más reciente mentor y consejero, el también tenor y compatriota Ernesto Palacio. Y nosotros que lo veamos. Tenor Juan Diego Flórez no cree en "divos caprichosos" EFE, 23 January 2006 El tenor peruano Juan Diego Flórez cree que la "vieja" figura del "divo caprichoso" y con manías, asociada al mundo de la ópera, es una especie en vías de extinción. El tenor anunció hoy los dos recitales que ofrecerá el martes y el viernes en el Festival de Música de Canarias, que calificó de "prestigiosísimo", y cuya XXII edición fue inaugurada el pasado día 7 y será clausurada a mediados de febrero próximo. Según el tenor peruano, la "humanización" de las voces más valoradas del planeta se produce en un momento en que, después de varias décadas, el cantante solista "está retomando una posición importante" como atractivo fundamental para sus seguidores. Juan Diego Flórez, una de las máximas estrellas mundiales en su estilo, cantará por primera vez mañana el en el Archipiélago obras de Mozart, sumándose al homenaje internacional que se rinde al compositor austriaco durante todo este año. Una vida pesada Acostumbrado a interpretar habitualmente a los maestros de la ópera italiana, como Rossini, Flórez aseguró que las exigencias del "Año Mozart" no le supondrán un inconveniente y agregó que, por el contrario, "Mozart es un elixir para la voz", "un ungüento" beneficioso para las cuerdas vocales. Unos órganos del cuerpo humano que Flórez recordó que son "instrumentos muy delicados, más delicados que cualquiera" de los que emplean quienes se dedican a la música. Esa circunstancia es la causa, en su opinión, de que a veces se vea a las figuras de la lírica como personas singulares o exigentes, ya que, debido a la necesidad de preservar su voz en las mejores condiciones, piden en muchas ocasiones estar "lo más cómodos posible". "Hay que tener en cuenta -argumentó- que el cantante tiene una vida pesada, que le hace estar todo el día en hoteles, aviones y cambiando de lugar", algo que repercute en su estado físico y, antes que nada, en la situación de su voz. Prueba de ello es que los grandes tenores ven cómo su calidad vocal comienza a mermar a partir de los cuarenta años, como demuestra el hecho de que, en general, tras cumplir esa edad cambian sus repertorios habituales hasta entonces para dedicarse a otros que exijan menos esfuerzo, dijo. Imponderables como éste no ensombrecen de todos modos las perspectivas de futuro de Juan Diego Flórez, quien, con su agenda llena para varios años, insistió en alabar el buen momento que atraviesa el arte lírico. Flórez, el tenor más esperado Javier Moreno, Canarias7, 24 January 2006 Juan Diego Flórez (Lima, 1973) aporta esta noche su grano de arena al homenaje que brinda el Festival de Música de Canarias a Mozart. Y lo hace a través de tres arias de conocidas óperas del salzburgués, junto a repertorio belcantista. Los teatros quieren el repertorio más espectacular de Bellini, Rossini y Donizetti», explicó Flórez para justificar la ausencia de la música del austriaco de su repertorio aunque afirma de forma tajante que «Mozart llegará» y esa llegada será entonces «un elixir para la voz, un ungüento para que la voz descanse, porque su música no tiene una dificultad tan ardua» como las composiciones de los italianos. «No quiero decir que Mozart no es difícil», exclama rápidamente antes de que algún periodista saque una conclusión errónea. «Claro que es difícil, y bastante difícil, pero su dificultad reside en el canto, en el fraseo, en tejer esas frases, que si no las haces perfectamente no suenan bien». Comparado con el mítico Alfredo Kraus, Flórez lamenta no haber conocido personalmente al tenor grancanario, pero confiesa que entre sus «tesoros» se encuentra un mensaje que Kraus dejó en el contestador del entonces joven cantante peruano. «Mi agente habló con Kraus para ver si era posible un encuentro, pero Kraus enfermó de una traqueitis y no podía recibirme. Hablamos como media hora por teléfono y fue bastante gentil». Fue el único encuentro. «Sé que Kraus me apreciaba, y lo sé por un alumno mío, Simón Orfila, que una vez me lo comentó y me llenó de alegría». Sucesor. «¿Heredero de Kraus?», se pregunta, y él mismo contesta «sería un gran honor, porque Kraus es mi ídolo», pero marca distancias «yo abordo algunas óperas que cantaba Kraus, pero no canto las óperas francesas, que son un poquito más fuertes. Yo vengo de un repertorio más ligero, como Rossini, que Kraus no cantaba». Puestos a elegir, prefiere considerarse heredero de Luciano Pavarotti «por repertorio». No obstante, Kraus es la referencia, «me inspiro en su línea de canto, en el modo de frasear», y así, cuando tiene que debutar en un nuevo papel «Kraus es el cantante que escucho, estudio sus grabaciones... Kraus está ahí, en lo alto». «La gente va al teatro para ver al cantante, el cantante está retomando una posición importante», afirma reivindicando su profesión. «Si hay mejores cantantes, pues la gente quiere ver a esos cantantes, y hoy hay una generación de cantantes jóvenes que están entusiasmando». No obstante, ese cantante debe destacar antes de los cuarenta, porque «la voz está en pleno vigor en los treinta, aunque después de esa edad se gane en interpretación. Cuando la madurez va llegando, la voz va declinando», afirma el peruano a sus 32 años de edad. Flórez desenmascara a aquellos tenores que llegados a los cuarenta cambian de repertorio «porque ya no pueden con el repertorio que comenzaron. Empezaron con Rossini y ya no pueden», aunque a veces eso se interprete como que el cantante «se va volviendo más fuerte, mejor, esa es la máscara. Lo que ocurre es que uno ya no puede cantar agudos». La solución es cuidar la voz, limitar el repertorio y el número de funciones, cancelar los conciertos cuando se está enfermo, «porque si no estamos pagando un gran precio». La única forma de conseguir el balance es «nutrirse interpretativamente desde muy joven». Cuidarse como Kraus. «Vendría a vivir aquí» «Kraus mantuvo su repertorio hasta el final, porque se cuidó bien, hacía deporte y tenía muy claro lo que la voz significaba y la cuidó mucho. Siguió cantando el repertorio con el que comenzó, con el que entusiasmó a todo el mundo hasta el final siguió entusiasmando». El tenor, que tiene compromisos hasta el 2012, confiesa sentirse muy cómodo en la Isla, «donde he debutado con varias óperas y es más casa" que su natal Perú, «porque aquí vive mi hermana y me encuentro muy bien». Va más lejos cuando afirma que «vendría a vivir aquí» de no ser por la distancia, un obstáculo «para todos los viajes que hacemos nosotros». Alfredo Kraus me respalda 'desde allí donde esté' EFE, 26 January 2006 La huella del mítico tenor Alfredo Kraus pervive no sólo en la memoria de sus seguidores y en discos que guardan su voz, sino también en quien muchos creen su relevo del siglo XXI, Juan Diego Flórez, que está convencido de que el fallecido maestro le respalda 'desde allí donde esté'. Una estrecha relación con la ciudad natal de la figura de la lírica mundial, Las Palmas de Gran Canaria, donde ha debutado en importantes papeles en sucesivas ediciones del Festival de Opera local, ha contribuido a esa convicción de Juan Diego Flórez, según confesó en una entrevista concedida a Efe con motivo de su participación en el Festival de Música de Canarias, que cierra mañana con un recital en el Auditorio de Tenerife. Pese a no tener la oportunidad de conocer a Kraus en vida, aun cuando éste tuvo en sus últimos años noticias de Flórez y se interesó por escuchar sus grabaciones, la nueva figura internacional de la ópera subraya siempre que tiene ocasión la importancia que en su ascendente carrera ha tenido y todavía tiene la influencia del isleño. A ello ha contribuido de forma determinante el que el peruano, ligado desde años atrás a Las Palmas de Gran Canaria por respeto a su veterano y reputado Festival de Opera, pero también por motivos de amistad y hasta lazos familiares, ya que en la ciudad reside su hermana, se viera sometido desde muy joven al juicio de muchos de los seguidores más cercanos y críticos de Alfredo Kraus. Saber que en la capital isleña había que enfrentarse a ese juicio hizo que 'cuando empecé a cantar, desde 'La hija del regimiento', óperas krausianas, tuviera un cierto temor, porque -explicó el cantante- el público aquí es muy exigente con las óperas que Kraus cantó'. 'Sin embargo -destacó-, me dieron un apoyo, un calor, que hizo que decidiera, las óperas que Kraus cantó, debutarlas acá'. 'Y eso me ha llevado a que yo piense que tengo ese apoyo de Kraus, desde allí donde esté, para hacer esas óperas y para que salgan bien', sentenció. Ese respaldo espiritual del mítico tenor, transmitido también a Flórez a través del respeto y las palabras de apoyo y admiración de quienes conocieron a Alfredo Kraus y tuvieron sobradas ocasiones de escucharle en directo, lo complementa el cantante con el recurso de rememorar y estudiar míticas interpretaciones del canario que perduran grabadas en discos. Discos que el peruano ha adoptado como parte de su material de trabajo, a modo de manuales sonoros a los que recurre siempre que debe enfrentarse a óperas en las que le precedió el desaparecido maestro. Operas que -recalcó-, 'definitivamente, las estudio escuchando discos de Kraus, interpretaciones de él, y aprendiendo muchísimo de ellas'. Su confianza en la influencia de la fallecida estrella y la familiaridad que ha alcanzado en su ciudad natal, que define una y otra vez como 'una tierra muy querida' donde se siente arropado al estrenar papeles nuevos, han contribuido además a hacer de él una figura mundial de la lírica que, pese a sus cada vez más exigentes compromisos, los asume como retos y no como preocupaciones. 'Felizmente la carrera ha ido 'in crescendo' y siempre la expectativa es mayor, la presión es mayor, pero yo me la tomo con calma', explicó al respecto. 'No obstante la recargada agenda, trato de que todas las funciones del año, sean conciertos, recitales u ópera, tengan un nivel alto', dice. 'Trato de satisfacer esa expectativa, que siempre es más alta e implica una gran responsabilidad, pero eso, en un carácter como el mío, es positivo, porque hace que me esfuerce más, que tenga más razones de prepararme mejor, de que esa función también sea un éxito y de satisfacer esa expectativa', resumió Flórez. Lujo lírico en el Teatro Circo Lydia Torregrosa, La Verdad, 5 February 2006 Luciano Pavarotti le ha nombrado su sucesor y los entendidos le comparan con Alfredo Kraus, del que él mismo se confiesa admirador hasta el punto de afirmar, ayer durante la rueda de prensa, que «es un dios». El peruano Juan Diego Flórez (Lima, 1973), uno de los tenores más cotizados del momento, ofrece hoy un concierto extraordinario en el Teatro Circo, una cita que coloca a Albacete a la altura de los más reputados auditorios del mundo. Acompañado al piano por Vicenzo Scalera, el cantante deleitará a los afortunados que se hayan hecho con una entrada con un repertorio que, según dijo durante la presentación del recital, es «bastante emblemático de mi vocalidad, con un poco de todo y estilos muy diferentes». En el programa no faltará Rossini, habitual en sus conciertos, así como Bellini y Donizetti, sin olvidar a Mozart en el año del 250 aniversario de su nacimiento. «El recital siempre es difícil porque uno tiene que cambiar de marcha y eso requiere mucha técnica y experiencia», afirmó el tenor, quien reconoció que «casi no existe» el intérprete «que brille en la canción igual que en la ópera». Palabras de elogio Recién llegado de Salzburgo, Juan Diego Flórez compareció ante los medios de comunicación acompañado por el director de Cultural Albacete, Ricardo Beléndez, y comenzó su intervención asegurando sentirse «muy contento» de su presencia en la capital albaceteña. Tras recordar que el contrato que le ha traído este fin de semana al Teatro Circo «es uno de los más viejos» de su apretada agenda, se refirió al público español destacando su calidez y tuvo palabras de elogio para uno de los grandes de la lírica española, Alfredo Kraus. Juan Diego Flórez, que aseguró que lo más importante para cuidar la voz es dormir y, lo segundo, protegerse de la sequedad, se mostró generoso con los periodistas y contestó sin prisas a toda una batería de preguntas, después de anunciar que su estancia en España coincide con la salida al mercado de un nuevo disco de música latinoamericana. «Es divertido y diferente», señaló el tenor sobre este trabajo, afirmando que «incluye canciones que yo cantaba de chico y es un homenaje a mi tierra, Perú, y a toda Latinoamérica». Precisamente, y en referencia a su país de origen, aseguró que allí la tradición del bel canto «es muy poca», pero añadió que, a pesar de ello, en todo el continente americano han salido muy buenas voces, con tenores «que están en los primeros teatros del mundo». Subrayó que la ópera «es para un público reducido», y que «te gusta o no te gusta», aunque matizó que esta modalidad artística «no tiene nada que ver con el dinero o con la condición social». Por el contrario, se mostró convencido de que en la lírica «es la sensibilidad lo que cuenta», y aseguró que él mismo creció en una familia en la que no se escuchaba ópera. «La ópera, al igual que el jazz o el golf, nunca será de masas» Virgilio Liante, Tribuna de Albacete, 5 February 2006 El tenor peruano Juan Diego Flórez dará hoy, a las 19 horas, en el Teatro Circo unos de los conciertos del año, en el que interpretará como gran novedad tres arias de Wolgand Amadeus Mozart con motivo del 250 aniversario de su nacimiento, y también de Rossini, Bellini y Donizetti. Algo complicado ya que intentará abarcar cuatro tipos de canto en un solo recital acompañado, en todo momento, por el pianista estadounidense Vincenzo Scalera. «Es un concierto difícil porque uno tiene que cambiar de un aria a una canción, de un estilo a otro, de un canto ligero e íntimo a otro lleno de pasión», comentó para agregar que «muy pocos cantantes masculinos han sido grandes recitalistas y han brillado tanto en la canción como en la ópera» Juan Diego Flórez, que acaba de editar un nuevo disco titulado Sentimiento latino, dijo que escuchar ópera no tiene nada que ver con la condición social, y mentó a un hombre de Lima (Perú) que vivía rodeado de basuras y de ratas y que siempre escuchaba ópera en su radio. «Lo que está claro es que la ópera al igual que el golf, el jazz o la pintura nunca serán de masas porque es cuestión de sensibilidad», y prosiguió comentando «que aunque he escuchado alguna canción de Andrea Bocelli o Il Divo porque cantan bien, eso no es ópera y hay que saber diferenciar. La gente que le pone esa etiqueta es la que no va a la ópera», zanjó. Preguntado por «si se sentía en el mejor momento de su carrera», el tenor que ha triunfado en los teatros más importantes del mundo, contestó: «Ojalá. La técnica va mejorando siempre, pero la voz es un músculo que comienza a declinar a partir de los 35 años, al igual que los futbolistas lo sufren a partir de los 30. La voz es un misterio, pero sí se sabe que los músculos envejecen al igual que la cara». Asimismo matizó que «lo importante es mantenerse en un buen estado vocal como lo hizo Alfredo Kraus, que llegó hasta los 70 cantando unas arias dificilísimas» y habló también «del futbolista Roberto Baggio que jugaba con bastantes años porque se entrenaba en su casa. En la ópera es normal cambiar de repertorio cuando te vas haciendo mayor». LOS SECRETOS DE UNA GRAN VOZ. También desgranó alguno de los secretos para cuidar su voz, sin lugar a dudas el instrumento que da color a su carrera y su vida. «Trato de dormir bastante; no cantar en lugares con mucha sequedad, por ejemplo Madrid es un sitio difícil donde duermo con dos humidificadores» y «hablar lo menos posible;no cantar por las mañanas porque es algo cruel y hacer un repertorio justo para la voz». Dijo que se sentía muy contento de cantar en el Teatro Circo- «un lugar donde el techo parece una constelación»- y expresó que aunque no ha habido una tradición fuerte en América Latina existen «cuatro tenores en las mejores plazas del mundo». Respecto al tenor canario Alfredo Kraus, del que el peruano se inspira en su línea de canto y hace unos días comentó que Kraus «le respalda allí donde esté», dijo que «se ha reconocido su labor y es una referencia para todos los tenores porque siempre es querido en todos los teatros, desde el Metropolitan a la Scala de Milán y siempre es conocido entre el público operístico», «algo que no ocurre con Pavarotti o Plácido Domingo ya que lo conocen personas que no van a la ópera». Juan Diego Flórez, asimismo, dijo que «es un honor» que le comparen con Alfredo Kraus o Pavarotti «quien me llamó sucesor suyo». «Yo entiendo que estos son monstruos y que tienen otro repertorio, pero el tiempo dirá». «El futuro de la música está en Internet» El tenor peruano, de 32 años y considerado como uno de los más firmes valores de la ópera internacional, subrayó que «el futuro en la música está en el DVD y en bajarse las canciones de Internet» porque «a nadie le interesa grabar ópera ya que las discográficas no tienen dinero y hay que pagar a mucha gente. Sin lugar a dudas el futuro está en las grabaciones en directo desde el teatro». En 1996 hizo su debut operístico oficial en Pésaro con la obra Matilde di Shabran programada dentro del Festival de Ópera Rossini, recibiendo inmediatamente los mejores elogios de la crítica, alabando la expresividad de su voz y su prodigiosa agilidad. A partir de ese momento, Flórez se convirtió en el tenor rossiniano de referencia para los principales teatros líricos internacionales. Entre los compromisos futuros de Flórez hasta 2010 se han cerrado ya fechas con La Scala de Milan, la Metropolitan Opera House de Nueva York, el Covent Garden de London, la Ópera Estatal de Viena, el Festival de Ópera Rossini de Pésaro, el Teatro Comunale de Bologna, el Carlo Felice de Génova, Los Angeles, Opernhaus de Zurich, San Carlo de Nápoles, Teatro Real de Madrid, Liceu de Barcelona, Deutsche Oper de Berlin, Ópera de Houston, Ópera Lírica de Chicago... |
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