Exclusivo, Juan Diego Flórez - El peruano que el mundo adora Miguel Molinari Portal, Cosas, N° 263 Perú , March 2003 Ha conquistado al mundo entero con su voz y su talento interpretativo; sin embargo, nuestro gran tenor, que le da otro sitial al Perú a escala internacional, confiesa que su tierra natal influye mucho en su canto. Milán, Florencia, Viena, Nueva York, San Francisco, Múnich, Barcelona, París, Londres Todos los grandes teatros de esas ciudades ya han estallado en aplausos con este tenor. Visto así, se puede pensar que ya no hay nada por conquistar, que ya se tocó el cielo Juan Diego Flórez tiene otra visión de sí y para sí: para él, el bel canto es un camino que empezó con un padre cantante cuya voz tenía gran calidad; con estudios en el Conservatorio de Lima y en el Instituto Curtis de Filadelfia; con mucha dedicación y pasión, y con una madre que se angustiaba por él y por su futuro cuando le decía que ser cantante de ópera en el Perú era muy limitado y que no podría mantenerse sin trabajos adicionales, como cantar en coros y bodas e incluso manejando un taxi. Sin embargo, las comprensibles preocupaciones maternas se encontraron con otro panorama que, además, logró remontar la escasa oferta de formación musical que ofrece el Perú, pese a ser el primer país de América en producir su propia cultura operística. Y es que Juan Diego nació para triunfar. Sin ir más lejos, hace diez días recibió una larguísima ovación en la Scala de Milán después de interpretar el aria "Languir per una bella"de "L'italiana in Algeri", de Rossini. Según los entendidos, un tributo así no se le rendía a ningún tenor desde la década de los 70. En la revista "Opera News", una de las más importantes de los Estados Unidos, dicen: "Durante años, críticos y fanáticos de la ópera han debatido acerca de quién merece ser reconocido como el cuarto tenor. Pero al ver la actuación de Juan Diego Flórez en 'La Cenerentola' de Rossini, lo correcto sería preguntarse quién es el segundo tenor". ¿Qué significa para usted que se lo reconozca como el primer tenor del mundo? Indudablemente son opiniones que halagan. Sin embargo, debo aclarar que en el arte no existen "rankings", ya que estamos ante una dimensión que toca de cerca el gusto de la gente, y sabemos que no ha habido nunca unanimidad en esto. Yo sólo puedo decir que, felizmente, en mi repertorio soy el primero al cual los teatros más importantes solicitan. Desgraciadamente no tengo tiempo para aceptar todas las invitaciones y lo único que espero es estar siempre a la altura de lo que hago. Los cantantes comienzan sus carreras en la ópera muy jóvenes. Usted lo hizo a los 23 años en el Festival de Rossini en Pesaro. Sí, debuté joven, en 1996, y en realidad no esperaba hacerlo en la Scala tan rápidamente. De hecho, fue el primer teatro en el que canté, ya que Pesaro y Wexford donde me presenté antes que en la Scala fueron festivales. Tuve la suerte de haber contado con una buena preparación, la que me permitió afrontar bien esa circunstancia. Admirado por los grandes Todo el mundo reconoce en usted una bella y flexible voz, y un carisma que le permite cautivar al público desde que aparece en escena. ¿Qué importancia le da al aspecto técnico del canto? Esa opinión me halaga y, como ya dije, espero cumplir con lo que el público quiere cada vez que subo al escenario. Lo importante en un cantante es que los problemas técnico-vocales hayan sido ya resueltos antes de ir a cantar, y si ha quedado alguno por resolver, se encuentre la mejor manera de no hacerlo notar. Conocerse muy bien y tener sangre fría es muy importante. En una entrevista televisada en Estados Unidos, Plácido Domingo dice de usted que es un fantástico tenor y no deja de llenarlo de elogios. ¿Ha tenido ocasión de conocerlo ya? Sabemos que cantarán juntos en una gala en ese país. Bueno, para mí es un gran elogio que un ídolo como Domingo se exprese así de mí. Todos sabemos que él tiene un ritmo de trabajo muy fuerte y, no obstante eso, se ha dado el trabajo de venir a verme varias veces, en el teatro, en Europa o en Estados Unidos, e incluso ha ido a felicitarme al camerino. Es una excelente persona. Con él he conversado bastante y sé que me aprecia mucho, lo cual me agrada sobremanera. Pero en el ambiente de la ópera debe haber muchas rivalidades Es muy fácil encontrar en los grandes una demostración de aprecio hacia otros; sólo los pequeños sienten peligroso hacer un cumplido a otro cantante. Sabemos que también conoció a Pavarotti. ¿Cómo describiría ese encuentro? Siendo del sello Decca como yo, recibí de él muchos halagos a través de los amigos de allá. Y después se organizó un encuentro en su casa de descanso en Pesaro, donde yo estuve unos días el año pasado. Fui con Ernesto Palacio y nos recibió muy cordialmente; incluso nos hizo escuchar un poco del nuevo CD de canciones que está grabando. Al final le canté el aria de "La fille du régiment". ¡Fue una experiencia inolvidable! Made in Perú El panorama actual de la ópera, sobre todo en la cuerda del tenor, revela una supremacía de las voces latinoamericanas: la del mexicano Ramón Vargas, los argentinos José Cura y Marcelo Álvarez, la del venezolano Aquiles Machado y por supuesto, la de Juan Diego Flórez. ¿A qué cree que se deba esta ausencia de grandes voces italianas o españolas, que hasta hace no mucho reinaban en la ópera? En nuestros países, las voces masculinas al hablar son potencialmente agudas, y nuestras canciones son siempre muy agudas. Basta escuchar las rancheras, o al mismo Gardel interpretar sus tangos. Con estas características, es mucho más fácil que salga un tenor que un bajo. De otro lado, en Sudamérica la gente siempre está cantando. Ahora hay una especie de crisis en las voces italianas, tal vez por mala enseñanza, pero no por falta de voces. El Perú ha dado tenores como Alejandro Granda, Luis Alva, Ernesto Palacio y ahora usted. ¿Por qué no salen más tenores, sopranos o barítonos? Entre Granda y Alva pasaron más o menos veinte años; lo mismo entre Alva y Palacio; y entre Palacio y yo. No somos una tierra especializada en cantantes líricos, si bien podemos decir que hemos tenido quién nos represente más que dignamente siempre. Más bien creo que es una bendición que del Perú hayan salido tres tenores que han contribuido a escribir la historia de la ópera en el mundo antes que yo. Lo que pasa, y estoy convencido de eso, es que cada país, de acuerdo a la lengua y al dejo que tiene, produce voces de un determinado tipo. Los rusos tienen una emisión un poco "atrás" y, por lo tanto, las voces graves abundan. Por su parte, los norteamericanos. tienen una emisión que se genera un poco entre la garganta y la nariz, y de allí que cueste que salga una voz brillante. En tanto, nosotros tenemos una emisión clara y alta, y por ello es que salen las voces más agudas. Recientemente, la revista italiana "L'Opera" premió a los artistas más destacados del año. En la ceremonia -transmitida por la televisión de ese país y en la que estuvo presente una de sus grandes leyendas, el tenor Franco Corelli, Juan Diego Flórez fue reconocido como el mejor tenor. La noche fue una mezcla de aplausos, magia y belleza musical, y en ella nuestro compatriota revivió la emoción de cuando cantó en un homenaje a Carlo Bergonzi por pedido del propio Bergonzi y donde se dieron cita artistas como Licia Albanese, Magda Olivero y Robert Merrill, entre muchas otras estrellas y mitos del canto lírico que un joven Juan Diego conocía y admiraba gracias a viejos discos que alimentaban sus más preciados sueños. Entre el canto y el fútbol Y hablando de sueños, estupendas noticias llegan al Perú: la Asociación Amigos Peruanos de la Ópera, que preside el doctor Aurelio Loret de Mola y que dirige artísticamente Ernesto Palacio y a la cual también pertenece Juan Diego, claro, vuelve a hacer realidad el placer de disfrutar del canto del joven tenor peruano. Para abril y mayo está programada su presentación en nuestro país dentro de la temporada de ópera, que incluirá dos grandes espectáculos: "Un baile de máscaras", de Giuseppe Verdi (26 y 29 de abril en el auditorio del colegio Santa Úrsula), y un gran concierto lírico del tenor el 6 de mayo en el Jockey Plaza. Con una agenda tan apretada hasta el 2008, es más que destacable que no deje de hacerse un tiempo para nosotros. ¿Qué nos tiene preparado para su concierto? Bueno, Ernesto Palacio es también mi agente, y él sabe que siempre tiene que reservar fechas en mi calendario para venir una vez al año. Esta vez podré hacer sólo un recital, pero en los años siguientes haré presentaciones en forma escénica, como "El barbero de Sevilla", "La fille du régiment" y "La Cenerentola", entre otras. Para este concierto he preparado una primera parte con arias de ópera conocidas, muchas de las cuales están en los dos CD que he grabado para Decca. En la segunda parte cantaré motivos peruanos muy populares, de los cuales estoy haciendo los arreglos orquestales; creo que será muy bonito. Además, el concierto será filmado por una televisora inglesa que está haciendo una película sobre mí, y ya ha filmado el concierto que di en la embajada del Perú en París hace poco. Usted siempre ha dicho que lleva la música peruana en las venas, y más de una vez se ha definido como "un criollo que gusta de sus tradiciones y ama su tierra, sus playas, su comida, el pisco sauer y su música criolla". Sí, llevo dentro de mí la música peruana; crecí con ella, pues la escuchaba en casa o en las presentaciones de mi padre, Rubén Flórez. Él tenía una voz muy refinada pese a no tener mayor entrenamiento, cantaba en restaurantes y teatros pequeños. Sin duda, tuvo una gran influencia en mi carrera. Es por todas esas razones que incluyo en mis conciertos valses de Chabuca Granda, marineras limeñas y otras variedades de música peruana, composiciones a las cuales les he hecho los arreglos y la orquestación. ¿Cuál es la recepción del aficionado lírico ante nuestra música? Ah, a la gente le encanta y me comenta al final que hubo algo de genuino, de veraz en las canciones peruanas que interpreté. Con un ritmo tan intenso como el suyo, ¿no llega a sentirse presionado? No creo que eso del "tan presionado" exista realmente, por lo menos no en el entorno, pues pienso que se trata más de uno mismo, de cómo asume las cosas. ¿No le agota viajar tanto? Es verdad que hoy se viaja mucho de un lado a otro para cantar, pero si hay algo que nunca hago es viajar entre funciones: creo que se necesita recuperar fuerzas en los días libres y no estar, por avidez, de un lado a otro. La forma vocal se perjudicaría y, además, habría el riesgo de que esto se convierta en una rutina, cuando ésta es una profesión que exige siempre una entrega particular; eso el público lo siente. ¿Por lo menos considera sus ratos libres para eso, para que sean libres? ¡Claro! De hecho, también pienso en descansar, relajarme, especialmente porque son siete años que no paro. Disfruto mucho con los deportes, especialmente el fútbol, y cuando estoy en Lima, del surf. Y ahí no me importa si no estoy en forma; simplemente me exijo al máximo, como en el canto. |
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