Roberto Alagna -

NUEVA YORK - La ovación es enorme, pero por un momento el único aplauso que existe para Roberto Alagna proviene de la tercera fila, apenas a unos pasos del escenario en el que el joven Werther acaba de encontrar en la muerte el único consuelo posible para el dolor que lo agobia por el amor imposible de Charlotte.

Con la mirada brillante, el tenor se lleva dos dedos a los labios y le envía un beso a Angela Gheorghiu, su esposa y también su más ferviente admiradora. La voz interior que siempre lo acompaña -rigurosa, implacable- le susurra al oído que esa noche su voz acarició la perfección. Sonríe y con un guiño de complicidad le transmite a Angela el juicio del murmullo.

La promesa de esa magia única e irrepetible es una de las cosas que hace de cada noche un espacio en el que Roberto nace y muere por primera vez, sin importar cuántas veces lo haya hecho antes ni las ocasiones que lo hará después. Sólo esa noche, la que vive, es la que importa. Como la del pasado jueves en el Metropolitan Opera House, con el Werther de Massenet en la cuarta de las seis funciones que desde el 2 de este mes ofrece en la meca operística del mundo, como parte de la temporada a la que aún le quedan las veladas de mañana y el jueves próximo. Luego, ambos -Roberto y Angela- viajarán a Puerto Rico para disfrutar de una semana de vacaciones como preludio al concierto de gala que el tenor ofrecerá en el Centro de Bellas Artes Luis A. Ferré el 7 de febrero próximo junto a la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico, bajo la batuta del maestro Eugene Kohn y sus colegas, la soprano Nathalie Manfrino, la mezzo soprano Kate Aldrich y el barítono Christopher Schaldenbrand, en una producción de Guillermo Martínez para CulturArte y el coauspicio de Opera de Puerto Rico.

Mientras entrelaza su mano con la de Angela, Roberto comienza a cantar en voz baja una pieza que descubrió recientemente y que "estrenará" durante su concierto en la Isla. "Se titula Inconsolable", revela con una sonrisa de niño travieso. "Es de Rafael Hernández y nunca la había escuchado antes. No, no puedo decir dónde la encontré... es un secreto. La escribió en 1941. Es una canción muy dulce y a la vez llena de melancolía. Se la canté a Angela por teléfono el otro día. Yo estaba aquí y ella en Europa".

Alagna la interpretará como parte de las propinas, colofón que en el concierto de su debut en Puerto Rico fue nada menos que memorable al ofrecer 8 piezas fuera del programa acompañado al piano por el maestro Eugene Kohn. "Aún recuerdo esa noche con un placer inmenso", asevera. "Pocas veces me había sucedido algo así. La gente se entregó por completo y yo no podía hacer otra cosa que responder de la misma manera. Fue una noche que siempre llevaré en el recuerdo y que espero se repita ahora que regreso... con la complicidad del público, por supuesto".

Aunque luego de aquella presentación Guillermo Martínez y Roberto mencionaron la posibilidad de que el tenor nos visitase para interpretar Werther precisamente, la cargada agenda del artista hizo imposible concretar este proyecto. "Sin embargo, ahora haremos un programa que seguramente será muy atractivo, no solamente para quienes nos acompañen esa noche, sino también para nosotros, los cantantes", acota. "Haremos solos, dúos, tríos y cuartetos de obras tan hermosas como La Favorita, La fuerza del destino, Marina y Rigoletto. Esto no significa que abandone la idea de volver a Puerto Rico para presentarme enuna producción completa, que bien podrían ser Cyrano de Bergerac o Elixir de amor".

De esta manera, Alagna y Angela toman un respiro del frío polar que arropa Nueva York al combinar vacaciones con trabajo durante dos semanas, para luego prepararse para viajar a París en abril, donde él cantará cinco funciones de Manón, con la Opera de la Bastilla. Más tarde -entre el 11 de junio y el 2 de julio se presentará en el Fausto que llevará a escena el Royal Opera House y del 31 de julio y el 7 de agosto cantará en tres noches la Carmen que montará el Chorégies d'Orange Festival, en Francia.

Respecto a la inclusión de Marina en el programa del 7 de febrero próximo, Guillermo Martínez recuerda que la última vez que la obra de Pascual Emilio Arrieta se escuchó en vivo en Puerto Rico fue en 1983, precisamente en una producción de él con el fenecido Alfredo Krauss como atracción principal. "Además de los enormes quilates de su voz, Roberto tiene la enorme virtud de ser un artista con una actitud muy abierta ante los desafíos y por eso se siente seducido por repertorios que quizá no sean tan populares como Rigoletto o Traviata", dice el fundador y presidente de CulturArte. "Le di la partitura de Marina, le encantó y decidió incluir algo de ella en el programa. A Roberto no le seduce la idea de hacer programas basados en las arias más conocidas de las óperas más famosas, porque eso no es desafiante para él y tampoco para el público".

A este respecto, alguna vez Roberto dijo, sin pretender parecer arrogante: "Quiero que el público me aplauda a mí y no a la familiaridad de las arias que escucha. Como artista, no sólo tengo el deber de cantar las obras que son inmortales y que todo el mundo conoce, sino también ser vehículo para que la gente descubra otras fuentes de placer musical".

Martínez, quien es "advisor director" del Metropolitan Opera House, también nos comentó que la venerable institución operística ha organizado una serie de tres programas al muy módico precio de $50 mil por pareja: uno el próximo domingo, con Plácido Domingo; otro el 21 de marzo, con James Levine y el tercero, el 2 de mayo, con Rene Fleming. La aportación incluye cena después de cada concierto en compañía de los artistas. Quizás aún queden espacios disponibles. ¿Se anima?

La noche se convertía en madrugada cuando nos despedimos de Roberto y Angela. "Pronto nos veremos por allá. Nos encanta Puerto Rico... lo llevamos en un rincón muy especial en nuestros corazones", dice él, mientras abraza por la cintura a la famosa soprano y le da un cálido beso en los labios... algo que Werther nunca pudo hacer con Charlotte.

NUEVA YORK Era la noche mas fría en la Ciudad de los Rascacielos en más de un siglo, pero la sala del Metropolitan Opera House se llenó el pasado jueves 15 de enero del calor que transmitía con su magistral voz y sentimiento interpretativo el tenor Roberto Alagna, en su penúltima función como el "Werther" de Jules Massenet. Alagna arrancó sonoros aplausos aria tras aria y constató por qué es aclamado a nivel mundial como el sucesor de los Tres Tenores -Plácido Domingo, José Carreras y Luciano Pavarotti.

"Werther", estrenada en 1892 y basada en la novela "Los sufrimientos del joven Werther", publicada en 1774 por Wolfgang von Goethe, es una ópera que suele llevarse a escena sólo cuando surge un tenor con las cualidades vocales e histriónicas necesarias para hacerle justicia a una partitura dominada por el "canto piano" en lugar de los popularmente favorecidas notas altas. Leyendas como Franco Corelli y Alfredo Kraus se cuentan entre sus mejores intérpretes. Y ahora Alagna, de acuerdo con los conocedores, se les suma.

Su trama principalmente romántica y de un alto grado de melancolía, acerca de un joven que decide terminar con su vida al no verse correspondido por la mujer que ama, aborda otros temas aparte del suicidio: el hedonismo, el rechazo a los preceptos cristianos y a la institución del matrimoniolo cual en cierta medida le aporta un tono actual, 112 años después de su estrenoy pese a ubicar su trama en la Alemania de 1772.

Concluida la función, y en un aparte con ESCENARIO, Roberto Alagna conversó tanto sobre la importancia de "Werther" en su carrera, así como de su próxima presentación en agenda: su concierto del 7 de febrero en el Centro de Bellas Artes Luis A. Ferré. En esa ocasión estará acompañado por la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico, bajo la dirección del maestro Eugene Kohn, en una producción de CulturArte de Puerto Rico. A diferencia de su debut en Puerto Rico el 5 de febrero de 2003 en solitario, en esta ocasión Alagna se hará acompañar por tres cantantes: la soprano Nathalie Manfrino, la mezzosoprano Kate Aldrich y el barítono Christopher Schaldenbrand. Este último comparte escena brillantemente con Alagna en "Werther" en el papel de "Albert",

"Me siento muy feliz de regresar a Puerto Rico, porque el público es muy sincero y honesto. Recuerdo cuando el año pasado terminamos el concierto acompañado sólo por el piano de maestro Kohn, fue un momento memorable. Yo me considero una persona alegre y me sentí en sintonía con el público puertorriqueño. Ahora los llevo en mi corazón", expresa el tenor, quien precisamente hace un alto en sus vacaciones junto a su esposa, la soprano Angela Gheorgieu, para realizar el concierto en San Juan,

"La idea original era llevar a 'Werther' a Puerto Rico, pero no pudo ser por falta de tiempo. Por eso entonces decidimos hacer un concierto de grandes dúos, tríos y cuartetos de la ópera, porque el propósito es satisfacer al público, De hecho me encantaría presentarme en la Isla con una producción completa de opera, ya sea 'Marina', 'Elixir de Amor' o 'Cyrano de Bergerac', lo que sería un sueño. Mientras tanto, hemos delineado un repertorio muy ecléctico, con arias de 'La fuerza del destino', los duetos de 'El pescador de perlas', de 'Favorita' y 'Marina' y el cuarteto de 'Rigoletto', explicó el tenor.

En cuanto a "Werther", con la que ha cosechado elogios tanto de la crítica especializada como del público del Met, Alagna lo describe como uno de los pasos más trascendentales de su carrera, por el reto que le ha representado.

"'Werther' es un personaje que hay que trabajarlo desde muy adentro del sentimiento y de la mente. Para mí ha resultado muy retante porque prefiero el tipo de personaje que expresa toda una gama de sentimientos. 'Werther'con excepción del primer acto, cuando se regocija en la belleza que le rodea y el amor que acaba de encontrarluego sigue dos actos llenos de sufrimiento y dolor, y eso demanda mucho del intérprete emocionalmente, porque debes velar la interpretación y la musicalidad. Por eso, y espero que el público lo capte, al momento de la muerte de 'Werther' sonrió, como una muestra de alivio del mismo personaje, como una metáfora que aún dentro del dolor puede existir la felicidad. En este caso de la liberación del alma, aún dentro de la tragedia.

Para Alagna, "Werther" le ha llenado de muchas satisfacciones, pues aparte de haberla presentado ya en Francia, Los Angeles y ahora Nueva York, grabó la misma en disco compacto junto a su esposa, y el año que viene planea filmarla en DVD en Italia en coproducción con sus hermanos.

Su actual estadía en la Isla cumple un doble propósito: la oportunidad de tomarse unas cortas vacaciones junto a sus seres queridos y presentarse por segunda vez ante el público puertorriqueño, el sábado 7 de febrero en el Centro de Bellas Artes Luis A. Ferré.

En presencia del océano Atlántico transformado en playa a las costas de Dorado, el mundialmente conocido tenor nacido en Francia recordó el Mediterráneo que baña la patria de sus padres, Sicilia, contrastando la frescura y energía del primero con la calidez y tranquilidad del segundo, mientras afirmaba que cada vez se enamora más del suelo borincano.

"He aprovechado estos días para cantar en el mar. Me meto en la playa y canto y medito en la emisión de la voz. La energía y tranquilidad que me da el agua me sirve para adentrarme en la música y me ayuda a trabajar los personajes y estudiar con alegría. La voz es mi pasión y siempre estoy en busca de descubrir nuevos matices que luego plasmo en los personajes que interpreto. La voz de un tenor es construida; no existe de manera natural y yo la describo con una mujer caprichosa a la que hay que enamorar". Precisamente hace unas semanas Alagna concluyó una exitosa temporada en el Metropolitan Opera House, en el estelar de "Werther", con el cual conquistó a la crítica y al público de esta importante plaza.

Esa búsqueda constante de nuevos horizontes musicales le viene por herencia y con ella se ha rodeado. Por eso las palabras amor, música y familia son sinónimos en el seno de los Alagna. Mientras conversa con ESCENARIO, a su lado permanece atento y simpático, pero a la vez muy concentrado, David Alagna, quien pule en su "laptop" la ópera que ha compuesto para ser estelarizada por su célebre hermano. Se trata de una pieza inspirada en la obra "El último día de un condenado", de Víctor Hugo, en la cual se plantea el tema de la pena de muerte y sus repercusiones en los seres amados por un sentenciado a la misma.

Este es sólo el más reciente de una extensa lista de proyectos musicales en los cuales Roberto Alagna ha trabajado mano a mano con sus hermanos David y Frederico. La música y el arte en general es un lenguaje común y heredado en la familia. Lo que comenzó con grabaciones discográficas ahora se ha extendido a producciones de ópera y sobre todo a filmaciones en DVD de recitales y óperas. El próximo proyecto es la filmación de "I Pagliacci" de Leoncavallo, con Alagna interpretando tanto a "Canio" como a "Silvio" (originalmente un personaje para barítono), en una producción en la que colocarán la tecnología más moderna en filmación al servicio de la ópera.

"Con esta producción queremos hacer algo que hasta ahora no se ha hecho, que es cantar en vivo durante la filmación. Es más complicado, pero lo queremos hacer así porque sabemos que muchos fanáticos de la ópera no ven o compran las versiones filmadas porque no les agrada la sensación de 'playback' en las mismas".

Aparte de los lazos familiares, el máximo eslabón musical y afectivo en la vida de Alagna lo es, por supuesto, su esposa, la soprano Angela Gheorghieu, quien le ha acompañado en estas vacaciones, puesto que ambos reconocen que sus agendas para el resto del año les mantendrán separados por bastante tiempo. Este verano, mientras Alagna esté filmando "I Pagliacci", Angela estará en Sevilla preparando su presentación en septiembre en el estelar de "Carmen", en una producción más que ambiciosa, puesto que consiste en que elenco y público se trasladen a los escenarios reales que inspiraron la pieza. El primer y segundo acto se efectuarán en la Plaza de España; el tercer acto, en el Parque de María Luisa; y el cuarto en la Plaza de Toros de la Maestranza.

Luego de filmar "I Pagliacci", será "Werther" la próxima ópera que proyecta filmar en Torino, apoyado de la más moderna tecnología. Ante el planteamiento de que, cuando se trata de innovar tanto, a veces no se puede escapar de la crítica de los más conservadores, sobre todo por tratarse de un género clásico, Alagna afirma: "Es peor que no hablen. A principio de mi carrera la crítica me hacía mucho daño, y pasé muchos años sin leer ni una palabra de lo que se escribía de mí. Pero ahora puedo leerlas sin que me afecten".

"El papel del cantante de ópera es aportar a este género mucho más que su voz. Añadir nuevos personajes al repertorio e irlos cantando de teatro en teatro está bien, pero nunca me ha gustado quedarme en la superficie. Se trata de servir de promotor y comprometerse con ayudar a los nuevos talentos. Hay tantos cantantes jóvenes talentosos a la espera de una oportunidad. El concierto del próximo viernes representa para mí esa oportunidad, pues junto a mí se presentan tres talentosos cantantes, para quienes es su debut frente al público puertorriqueño, que tanto cariño me demostró el año pasado. Ahora yo estoy más nervioso por ellos que por mí", expresa sonriente.

Alagna se refiere a la mezzosoprano Kate Adrich, el barítono Christopher Schaldenbrand, quien le acompañara brillantemente en escena en su reciente temporada con "Werther" en el Met, y la soprano Natalie Manfrino, con quien realizó la filmación de "Cyrano de Bergerac y quien es esposa de su hermano David.

Esta reunión permitirá a Alagna interpretar una serie de duetos, tríos y cuartetos con arias de óperas como "La fuerza del destino", los duetos de "El pescador de perlas", de "Favorita" y "Marina" y el cuarteto de "Rigoletto".

ERA UN ensayo el del pasado miércoles, con apenas una veintena de personas en la sala. Sin embargo, Roberto Alagna cantó como si lo hiciera en la función más importante de su carrera, como si fuera la primera vez y también la última.

Así es cada noche para el tenor franco-siciliano que mañana -a partir de las 8 p.m.- llenará nuevamente la Sala de Festivales del Centro de Bellas Artes Luis A. Ferré en su regreso a la Isla, luego de su espectacular debut en ese mismo escenario hace justamente un año.

Ahora, Roberto estará acompañado por la soprano Nathalie Manfrino -quien también es la esposa de su hermano-, la mezzo soprano Kate Aldrich y el barítono Christopher Schaldenbrand, con la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico, bajo la batuta de Eugene Kohn y el Coro de Gala, dirigido por la profesora Carmen Acevedo Lucío, en una producción de Guillermo Martínez para CulturArte, con el coauspicio de Opera de Puerto Rico. La velada será dedicada a la memoria de don Luis A. Ferré, mecenas por excelencia y un asiduo asistente a conciertos de esta naturaleza.

Con una vida cifrada en su pasión por el canto, cada vez que Roberto Alagna se para en un escenario se transfigura, como ha sucedido desde los días en los que lo hacía en algunos cabarets de París, donde cantaba piezas de Jacques Brel mientras soñaba con la ópera. El tiempo y su portentosa voz convirtió en realidad la quimera de Roberto hasta convertirlo en uno de los tenores más cotizados del orbe, con huellas en los escenarios más importantes y una agenda saturada de compromisos con las principales casas de ópera. En esa vorágine de aviones, hoteles y teatros, Roberto asegura que Puerto Rico tiene un lugar muy especial en su corazón y que por eso esta de regreso, no sólo para cantar mañana, sino que también ha tomado un descanso entre nosotros. "La noche de mi debut en San Juan hace un año fue mágica. La llevaré siempre en el recuerdo y espero se repita ahora que regreso... con la complicidad del público, por supuesto", afirma.

El programa de mañana incluirá arias de La forza del destino, Luisa Miller y La Traviata, de Verdi; Jeux d'Infants, Pecheurs de perles y Carmen, de Bizet; Manon, de Massenet; Lakme, de Delibes; I Puritani, de Bellini y La Favorita, de Donizetti, así como un pasaje de Marina, de Pascual Emilio Arrieta.

Alagna la interpretará como parte de las propinas, colofón que en el concierto del año pasado en Puerto Rico fue nada menos que memorable al ofrecer 8 piezas fuera del programa acompañado al piano por Eugene Kohn. "Aún recuerdo esa noche con un placer inmenso", nos dijo recientemente. "Pocas veces me había sucedido algo así. La gente se entregó por completo y yo no podía hacer otra cosa que responder de la misma manera. Confío en que esta ocasión será muy especial también."

Aunque luego de aquella presentación Guillermo Martínez y Roberto mencionaron la posibilidad de que el tenor nos visitase para interpretar Werther precisamente, la cargada agenda del artista hizo imposible concretar este proyecto. "Sin embargo, ahora haremos un programa que seguramente será muy atractivo, no solamente para quienes nos acompañen esa noche, sino también para nosotros, los cantantes", acota. "Haremos solos, dúos, tríos y cuartetos de obras tan hermosas como La Favorita, La fuerza del destino, Marina y Rigoletto. Esto no significa que abandone la idea de volver a Puerto Rico para presentarme en una producción completa, que bien podrían ser Cyrano de Bergerac o Elíxir de amor."

Luego de esta presentación en Puerto Rico, Roberto viajará a París en abril, donde cantará cinco funciones de Manón, con la Opera de la Bastilla. Más tarde -entre el 11 de junio y el 2 de julio se presentará en el Fausto que llevará a escena el Royal Opera House y del 31 de julio y el 7 de agosto cantará en tres noches la Carmen que montará el Chorégies d'Orange Festival, en Francia.

De vuelta al ensayo del pasado miércoles, no sólo Roberto se prodigó por el simple placer que deriva de cantar. Sus colegas estuvieron a la altura. Nathalie Manfrino -con una voz soberbia- demostró por qué es la Roxanne en el Cyrano de Bergerac que Roberto protagonizó y produjo en una grabación en DVD con la casa Universal que pronto saldrá al mercado. Asimismo, Kate Aldrich posee un tono aterciopelado y cautivador que se conjuga de manera idónea con el lirismo de Alagna.

"Es la primera vez que estoy en Puerto Rico y la verdad que la he pasado de maravilla", dijo a El Nuevo Día Manfrino, mientras se preparaba para salir al ensayo. "No sabía mucho de esta bella tierra, si acaso por Ricky Martin y Jennifer López, pero en cuanto supe que iba a venir entré a Internet y me informé bien de lo que me iba a encontrar y la verdad que me ha encantado. Espero tener la oportunidad de regresar a cantar nuevamente."

Sin compromisos en agenda, Nathalie confía en que pronto lleguen nuevas ofertas, sobre todo con la salida al mercado del DVD con el Cyrano de Bergerac que grabó hace unos meses con su cuñado como protagonista y su esposo como parte del equipo de producción. "Filmar esa ópera fue toda una aventura para mí y una experiencia estupenda. En verdad creo que el trabajo de todo el equipo fue maravilloso y muy cuidado en todos los detalles", finaliza. "Siento que esta oportunidad me abrirá muchas puertas para continuar con mi carrera. Por lo pronto, me fascina estar en Puerto Rico y tener el privilegio de cantar para ustedes al lado de Roberto."

SI PUDIERA vivir la vida de alguno de las decenas de personajes a los que ha prestado su voz en los escenarios, Roberto Alagna no dudaría un momento en meterse en la piel y en el alma de Cyrano de Bergerac, el célebre poeta narizón nacido de la pluma de Edmund Rostand que a fines del siglo XIX inmortalizó al escritor homónimo del siglo XVII.

Y no es que el simple hecho de grabar una ópera indique que el intérprete se identifica con el personaje. ¡Imagínense! Claro que no... de ser así el mundo de la ópera estaría poblado de cantantes -hombres y mujeres- que en la vida real serían, encantadores o detestables y, aunque sabemos que los hay en todas las gradaciones posibles entre ambos polos, esto no responde necesariamente al perfil de los seres de ficción a los que dan vida.

Pero de vuelta a Roberto, en este caso sí grabó el Cyrano de Alfano porque le fascina y se siente profundamente identificado con él, al punto de que en la grabación -realizada con Universal y que sólo circulara en versión de DVD en algún momento de la próxima primavera- el tenor no sólo es el protagonista, sino también el productor como parte de un proyecto familiar con sus hermanos. Así, tuvo el privilegio de tener injerencia en todos los detalles, desde la selección del elenco, orquesta y director, hasta la del teatro, y el proceso de edición y distribución.

De eso nos hablaba Roberto hace unos días en la residencia a la vera de la playa de Dorado donde disfrutó de unos días de vacaciones con su esposa -la no menos estelar soprano Angela Gheorghiu- como prólogo al concierto de gala -dedicado a la memoria de don Luis A. Ferré- que ofrecerá este sábado en el Centro de Bellas Artes Luis A. Ferré junto a la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico, bajo la batuta de Eugene Kohn y sus colegas, la soprano Nathalie Manfrino, la mezzo soprano Kate Aldrich y el barítono Christopher Schaldenbrand, con el Coro de Gala de la profesora Carmen Acevedo Lucío, en una producción de Guillermo Martínez para CulturArte y el coauspicio de Opera de Puerto Rico.

En una proyección privada, Roberto compartió con El Nuevo Día la aventura de esta producción enmarcada por una cinematografía soberbia y una calidad sonora de calidad similar en la que pudimos disfrutar por primera vez de esta obra bastante desconocida de Alfamo, pero de una belleza contundente.

"Esta versión, que es la más larga, la descubrí por accidente en una librería en París", nos reveló. "Me fascinó y comencé a acariciar la posibilidad, primero de cantarla, y poco después la idea de grabarla en DVD comenzó a tomar forma, hasta que finalmente lo hicimos el verano pasado. Esperamos que ya esté a la venta para mayo próximo. La tirada fue de 2 millones de copias."

Con evidente orgullo y un entusiasmo que no le va a la saga, al cantante le brilla la mirada cuando adelanta la grabación para mostrarnos sus escenas preferidas en ese tour de force -casi siempre él está en escena y su voz apenas descansa- en el que el infeliz narizón enamora a Roxanne a nombre de un amigo. "De todos los personajes que he hecho a lo largo de mi vida, sin duda alguna con el que mejor me identifico es con Cyrano", apunta con la mirada risueña. "Tiene unas características muy humanas, de mucha sensibilidad y con una manera muy intensa de expresar sus sentimientos. Desde que lo conocí me capturó y al saber de la ópera supe que la tendría que hacer."

Para el programa de este sábado, luego de su brillante debut en Puerto Rico hace un año, el tenor asegura que interpretará un repertorio muy atractivo, no sólo para el público, sino también para los artistas. "Haremos solos, dúos, tríos y cuartetos de obras tan hermosas como La Favorita, La fuerza del destino, Marina y Rigoletto. Esto no significa que abandone la idea de volver a Puerto Rico para presentarme en una producción completa, que bien podrían ser Cyrano de Bergerac o Elixir de amor", asegura.

Luego de estas dos semanas entre nosotros, Roberto viajará a París en abril, donde cantará cinco funciones de Manón, con la Opera de la Bastilla. Más tarde -entre el 11 de junio y el 2 de julio se presentará en el Fausto que llevará a escena el Royal Opera House y del 31 de julio y el 7 de agosto cantará en tres noches la Carmen que montará el Chorégies d'Orange Festival, en Francia.